En los últimos días se han presentando informes de presuntos ataques de piratas contra pescadores en aguas venezolanas, una sorprendente muestra de las muchas formas en que los actores criminales buscan conseguir ganancias aprovechándose de la débil presencia estatal y de una economía en problemas.
Sólo en el mes de junio, grupos de piratas armados dispararon e hirieron a 11 pescadores, informó El Universal. Los ataques se presentaron en el Lago de Maracaibo (conectado al Golfo de Venezuela) y en las aguas costeras del estado de Vargas, al norte del país. Un miembro del consejo de pescadores le dijo a El Universal que actualmente hay cuatro pescadores desaparecidos como resultado de los ataques.
Estos grupos criminales estarían involucrados en una amplia gama de actividades ilícitas. Una fuente anónima del gobierno dijo que los piratas han sido implicados en “asaltos masivos, tráfico de drogas, violaciones, secuestros y homicidio”.
Según El Universal, las autoridades venezolanas han respondido con el despliegue de una ofensiva de seguridad contra los piratas, pero hasta el momento no se ha presentado ninguna captura.
Según los informes, los pescadores pidieron permiso a las autoridades para llevar armas en sus botes con el fin de poder defenderse. La posesión privada de armas es ilegal en Venezuela, aunque esto no ha disminuido la violencia armada en el país.
Análisis de InSight Crime
Los ataques de los piratas son apenas un ejemplo de cómo los actores criminales de Venezuela se aprovechan de la débil presencia estatal para conseguir ganancias. Dichos “ataques” no sólo ocurren en alta mar: también se han presentado informes de que grupos criminales se habrían tomado el control de una autopista en Venezuela, donde cobran extorsiones al sector del transporte público.
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Algunos civiles también han encontrado varias formas de aprovecharse de la crisis financiera y de la escasez de alimentos en Venezuela para su beneficio personal. Luis Vicente León, director de la firma encuestadora Datanálisis, afirmó recientemente que cerca del 70 por ciento de quienes hacen fila para adquirir productos básicos son “bachaqueros”, un término usado para describir a las personas que acaparan la limitada oferta de productos para venderlos a precios exorbitantes en el mercado negro. Si bien determinar la veracidad de las afirmaciones de León es una tarea complicada, es claro que el contrabando de bienes de consumo básico se ha convertido en un gran negocio en Venezuela. Recientemente, las autoridades arrestaron a un hombre que llevaba consigo 20 toneladas de harina de maíz de contrabando y casi 4.000 kilos de azúcar refinada.
Los criminales que operan a mayor escala también han encontrado métodos para aprovecharse de la inestabilidad económica de Venezuela. En abril, las autoridades de Estados Unidos arrestaron a un hombre que presuntamente había lavado casi US$100 millones producto del narcotráfico a través del cambio de divisas en el vasto mercado negro de dólares venezolano.