Estados Unidos y México han anunciado sus planes para renovar la cooperación en la lucha contra los grupos narcotraficantes mexicanos. Pero aunque la estrategia propuesta suena prometedora en el papel, puede resultar difícil de implementar.
Funcionarios de Estados Unidos y México dieron a conocer el "Plan de acción" el 15 de agosto en Chicago, uno de los más importantes mercados para la distribución de drogas ilegales en Estados Unidos.
Las medidas propuestas son algo imprecisas, e incluyen frases típicas como impulsar “las investigaciones internacionales en torno a carteles mexicanos que son objetivos de alto valor" y aumentar las "operaciones judiciales relacionadas con las investigaciones policiales".
Sin embargo, el plan incluye algunas propuestas nuevas, como la creación de "un grupo policial que se enfocaría estrictamente en los objetivos mexicanos más importantes".
El anuncio también destaca la importancia de bloquear las operaciones financieras de los grupos criminales.
Un informe de la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA por sus iniciales en inglés) publicado el año pasado señala que los grupos narcotraficantes mexicanos suministran "la mayor parte de las drogas ilícitas" en Chicago, y culpa al negocio de la droga de la escalada de violencia en Estados Unidos y en México.
Análisis de InSight Crime
Expertos consultados por InSight Crime dicen que las nuevas propuestas son un indicio positivo de que existe una continua voluntad de enfrentar este grave problema. Sin embargo, la falta de detalles del plan genera dudas sobre la viabilidad de la estrategia.
Eric Olson, asesor sénior del Instituto México, del centro de estudios Wilson Center, puso como ejemplo la propuesta de ir tras el dinero de los carteles.
"Es bueno que estén analizando formas de atacar las finanzas ilícitas, pero no está claro cuáles serían estas nuevas medidas específicas", dijo Olson. "Ya se han hecho muchos intentos en este sentido y se han obtenido pocos resultados".
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El analista de seguridad Jaime López dice que el anuncio parece más bien un cambio de retórica en lugar de un verdadero cambio de política.
"Más que un cambio de estrategia, es un cambio de énfasis en el discurso —una manera de responder a las críticas que señalan que la estrategia se centra en el uso de la fuerza—", dijo López.
Olson añadió que el énfasis que el nuevo plan pone sobre el trabajo policial deja de lado algunos importantes generadores de violencia y delincuencia.
"La policía tiene un papel que desempeñar en los esfuerzos antinarcóticos, pero no es la única arma", dijo. "Esa ha sido la estrategia en el pasado y seguir por este camino quizá no garantice el éxito".