Un operativo de policía contra un mercado de drogas al aire libre en São Paulo, Brasil, simplemente desplazó el problema, pues compradores y vendedores trasladaron sus negocios a nuevos puntos. Algo que ilustra los problemas de esas redadas contra el microtráfico en la región.
El 21 de mayo, las autoridades brasileñas desplegaron 900 agentes de la policía militar en una zona de São Paulo conocida como "Cracolândia", informó Folha de São Paulo.
El operativo buscaba poner fin a la venta local extendida de crack —una forma de cocaína fumable, de bajo precio y muy adictiva— que por años ha proliferado en la zona. Varias docenas de personas fueron arrestadas en la redada.
"Cracolândia ya no existe y no regresará. El gobierno no lo permitirá", declaró el alcalde de la ciudad de São Paulo João Doria en declaraciones recogidas por la BBC.
Sin embargo, el funcionario admitió que se necesitará mantener presencia policial para impedir el resurgimiento del tráfico en la zona.
Otros no compartían el optimismo del alcalde. El gobernador del estado de São Paulo, Geraldo Alckmin, fue más cauto, al describir el operativo como no más que "el primer paso para poner fin a 'Cracolândia'", según Agência Brasil.
Entretanto, el fiscal de São Paulo, Arthur Pinto Filho, señaló que el problema estaba lejos de resolverse, y que el operativo de la policía tan solo había desplazado Cracolândia a otras zonas.
"El operativo no ha resuelto el problema base de 'Cracolândia', que es la adicción. Hasta que eso no se haya resuelto, el problema no tendrá solución, la droga seguirá circulando, sea aquí o en cualquier otro lugar de Brasil", comentó el fiscal a Agência Brasil en una entrevista.
Al día siguiente del operativo, ya podían verse adictos consumiendo crack en las calles aledañas al centro de microtráfico, mientras que los agentes de policía de nuevo se hacían los de la vista gorda, según anotó Folha de São Paulo.
El alcalde Doria usó la incursión del 21 de mayo para anunciar la clausura de la política de su predecesor de atacar el problema del consumo de crack centrándose en el tratamiento de la adicción, más que en el uso de medidas de fuerza. Pero Doria insistió en que se mantendrían ciertas medidas, como brindar oportunidades laborales y vivienda a los adictos.
El alcalde también prometió reformar por completo la infraestructura y los edificios de la zona de Cracolândia como parte de un programa más amplio bautizado "Cidade Linda (Ciudad bonita)".
Incursión de la policía de São Paulo en Cracolândia, Cortesía de Euronews
Análisis de InSight Crime
El crack se ha convertido en un problema serio para Brasil, que es ahora el segundo mayor consumidor mundial de cocaína y sus derivados. Las autoridades han tratado por varios medios de frenar el alza en el consumo. Tanto São Paulo como Rio de Janeiro, por ejemplo, ensayaron programas forzosos de tratamiento para adictos en 2013, con resultados limitados.
Entretanto, las iniciativas de aplicar medidas restrictivas contra el microtráfico, como esta nueva batida en São Paulo, han demostrado su ineficacia y controversia. El reciente operativo de mano dura en Cracolândia fue descrito por algunos expertos en salud mental como una "atrocidad", mientras que activistas locales lo calificaron presuntamente de "masacre".
Sin duda, no es la primera vez que ese tipo de operativos se realiza en las dos mayores ciudades de Brasil. En São Paulo, los allanamientos de la policía a Cracolândias se remonta a 2008. Irónicamente, el alcalde de la ciudad de la época, hizo comentarios similares a los de Doria, cuando afirmó luego del operativo que "'Cracolândia' dejó de existir", según Folha de São Paulo.
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São Paulo no es un caso aislado en la región. La estrategia de ejecutar ataques rápidos y contundentes a plazas de drogas al desbubierto sin implementar iniciativas para dar solución a los factores que hacen propicias esas zonas para tales actividades también han fallado una y otra vez en Bogotá, capital colombiana, que tiene su propia versión de Cracolândia con el sector conocido como "El Bronx".
Múltiples redadas policiales en el Bronx simplemente han desplazado el microtráfico a lo largo de los años. En mayo de 2016, las autoridades hicieron un despliegue masivo de 2.000 policías, soldados y funcionarios judiciales, que se lanzaron al Bronx en una de esas operaciones. La necesidad de un operativo tan masivo puso en evidencia el fracaso a largo plazo de operativos policiales anteriores en términos de tratar la venta y el consumo de droga libre y generalizado en esa zona.