Un equipo de oficiales de la policía ha actuado como agentes encubiertos para atrapar a sus colegas corruptos, en la más reciente de una serie de iniciativas de reforma policial en Latinoamérica, cuyo éxito ha variado enormemente.
Haciéndose pasar por drogadictos y narcotraficantes, un grupo de oficiales de las unidades de inteligencia e investigación de la Policía de Colombia están observando en secreto a otros agentes en todo el país, buscando pruebas de que esconden o facilitan actividades ilegales.
Cuando se descubra alguna irregularidad, los funcionarios serán despedidos y luego procesados bajo la justicia penal civil, informó El Tiempo.
Bajo la operación ya se han capturado a diez oficiales en el departamento suroccidental del Cauca –epicentro para la producción y el tráfico de drogas, y se estima que el comercio allí mueve alrededor de US$5 millones al mes– acusados de aceptar dinero de criminales, a cambio de permitir el transporte de precursores químicos a los laboratorios de procesamiento de cocaína.
Según cifras de la policía, 235 funcionarios han sido capturados por su presunta actividad criminal en lo que va corrido del año. Las acusaciones más comunes incluyen: colaboración con las pandillas, agresiones y robos, con más de 5.000 investigaciones en curso.
Análisis de InSight Crime
La policía y la corrupción han ido de la mano en Latinoamérica, siendo este un factor importante que alimenta el crimen organizado en la región. El año pasado 65.000 oficiales mexicanos fueron declarados como no aptos para servir, y en Brasil, más del 60 por ciento de la población ha informado que desconfía de la policía, mientras que en Guatemala, se han instalado cámaras de seguridad en las patrullas y se han entregado escudos equipados con microchips, con el fin de monitorear los agentes de policía. Estos son algunos ejemplos que ilustran el tamaño del problema.
En Colombia, la policía ha superado más o menos la reputación histórica de corrupción y es considerada como un líder regional en el ámbito policial; entrenando a sus homólogos en otros países. No obstante, la corrupción sigue siendo un problema, con casos de policías aceptando sobornos de los narcotraficantes a cambio de permitir el paso seguro de su producto –como lo señala el reciente incidente en el Cauca–.
Se están llevando a cabo importantes proyectos de reforma policial en Latinoamérica, con diferentes niveles de éxito. En Honduras, la policía ha sido sometida a pruebas de confianza, pero nadie parece saber lo que realmente se está haciendo con los resultados. Mientras tanto, en Venezuela, una importante iniciativa de reforma policial que comenzó en 2006 ha dado lugar a algunos avances importantes, como la creación de una nueva universidad para entrenar a los oficiales.