Dos meses después de un escándalo por la desaparición de una agente al interior de su unidad élite, la PNC de El Salvador acaba de anunciar su sustitución por otra fuerza especializada con los mismos objetivos, y características muy similares a las de su polémica antecesora.
El director de La Policía Nacional Civil (PNC) de El Salvador Howard Cotto, anunció la “supresión" del Grupo de Reacción Policial (GRP) y su remplazo por la Unidad Táctica Especializada Policial (UTEP) o Jaguares, que estará encargada de las operaciones especiales de la policía. La unidad estará bajo el mando del subcomisionado César Ortega, conocido en su círculo como “Artillero”.
Media hora después del anuncio, la UTEP realizó su primera operación que incluyó varias capturas e incautaciones presuntamente vinculadas a la estructura financiera de la MS13. Una de las detenidas está señalada de lavado de dinero para la MS13 a través de una empresa de microbuses.
La GRP ha sido vinculada en repetidas ocasiones a casos de masacres y más recientemente la unidad fue sacudida por la desaparición de la agente Carla Ayala, en sus instalaciones y presuntamente a manos de uno de sus compañeros a finales de diciembre del año pasado.
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Cotto aclaró que ninguno de los más de 200 hombres —y 16 mujeres— de la GRP harán parte de la UTEP. Sin embargo, de ésta si harán parte miembros de las Fuerzas Especializadas de Reacción El Salvador (FES) y del Grupo de Operaciones Policiales Especiales (GOPES).
En agosto del año pasado una investigación de Factum reveló que miembros de FES habían participado en al menos tres ejecuciones extrajudiciales, casos de abuso sexual y extorsión.
Análisis de InSight Crime
Aunque la Policía ha señalado que actualmente se desarrolla una investigación interna por lo sucedido con la agente Ayala, la Fiscalía del país ha señalado que aún no tiene certeza sobre lo ocurrido y que la mayor parte del caso actualmente depende de testimonios, en parte debido a obstáculos interpuestos por la misma policía.
Investigaciones anteriores al interior de las filas de la policía han probado ser poco fructíferas y pocas veces han resultado en condenadas.
La impunidad alrededor de estos casos al interior de las fuerzas armadas puede ser atribuida a una serie de factores estructurales, que además de la cultura de violencia al interior de sus filas puede estar relacionada con capacidades institucionales y voluntad política.
Agnes Callamard, relatora especial de Ejecuciones Extrajudiciales, Sumarias o Arbitrarias de las Naciones Unidas, dijo recientemente a InSight Crime que, “para mejorar las capacidades investigativas y judiciales de estas instituciones es necesario que tengan la capacidad de suministrar evidencia solida, que haya jueces que no tengan miedo de procesar a estos policías y que se creen mecanismos que permitan la recolección de evidencia”.
En este contexto, la decisión de la PNC de cambiar una unidad élite por otra en medio de las continuas acusaciones de abuso y violencia, parece ser más una medida cosmética y no una acción que busque abordar los problemas de impunidad al interior de la institución.