Los residentes de Tegucigalpa dicen que la policía trabaja de la mano con las bandas que van de puerta en puerta cobrando cuotas de extorsión de cerca de US$80 mensuales, en un ejemplo de la participación de las fuerzas de seguridad en el crimen organizado en Honduras.
Según una investigación realizada por El Heraldo, residentes de varios barrios de Tegucigalpa se ven obligados a pagar a las pandillas una cuota mensual de entre US$50 y US$77. Los residentes dijeron al diario que la policía, a menudo vista conversando con pandillas de barrio, está involucrada en el esquema de extorsión.
El informe identifica cuatro métodos que usan las pandillas para recolectar sus pagos: ir de puerta en puerta para pedir dinero, deslizando sobres debajo de la puerta para recolectar el dinero ahí, haciendo llamadas telefónicas amenazantes y secuestrando a familiares.
Muchos de los residentes, que no pueden pagar las sumas exigidas, han sido desplazados y sus hogares han sido ocupados por los criminales. Un hombre le dijo al periódico que se vio obligado a huir con su familia después de haber sido obligado a pagar casi US$20.700, y que su casa está siendo utilizada por narcotraficantes locales.
Las autoridades hondureñas informaron que en lo corrido de 2013, se han recibido 291 denuncias de extorsión en estos barrios, 90 sospechosos han sido detenidos, 39 casos han sido llevado a los tribunales, y que han desmantelado a 12 de los grupos responsables.
Análisis de InSight Crime
La recolección de dinero en los barrios que controlan, es una práctica común de las pandillas en Honduras, las cuales dependen de la extorsión como una fuente principal de ingresos. Las filiales hondureñas de los grupos Barrio 18 y Mara Salvatrucha (MS13) tienen como objetivo de esta actividad criminal a empresas locales, taxistas y conductores de bus, así como a los residentes, refiriéndose a estos cobros como "impuesto de guerra". También ha habido informes de pandillas juveniles locales que pelean con estas “maras” grandes por una parte de las ganancias.
La policía es a menudo de poca ayuda, ya que algunos elementos de la fuerza están fuertemente involucrados en el crimen organizado, incluyendo el narcotráfico y el asesinato a sueldo (sicariato), y de hecho pueden estar detrás de algunas de las extorsiones, según informó el diario El Heraldo.