La policía militar brasileña ha ocupado pacíficamente tres favelas de Río de Janeiro antes de la introducción de una nueva Unidad de Policía Pacificadora (UPP), mientras que los disparos de un agente de la UPP en otra favela han generado preguntas sobre el nivel de control de estas unidades.
Tres favelas ubicadas cerca del Cristo Redentor - una de las principales atracciones turísticas de Río de Janeiro, en el sur de la ciudad - fueron ocupadas por al menos 420 miembros del escuadrón élite de la policía militar, en la preparación para la instalación de la 33ª UPP de la ciudad. Las tres favelas - Cerro Cora, Guararapes y Vila Candido - son el hogar de alrededor de 2.800 residentes.
La toma de las favelas se llevó a cabo en aproximadamente una hora y media sin la resistencia pandillera. Según el diario Estadao, después de esta última ocupación, todas las comunidades en la zona sur de Río de Janeiro tienen ahora algún tipo de presencia armada.
Casi al mismo tiempo, la policía en Rocinha, también en la Zona Sur de la ciudad, fue atacada por presuntos narcotraficantes, informó Jornal do Brasil. Un agente fue alcanzado por una bala, pero se encuentra en condición estable.
Análisis de InSight Crime
El gobierno de Río pretende instalar 40 UPP para finales de 2014, bajo una estrategia de larga duración que busca la ocupación y la seguridad de las favelas por la policía militar antes de que se instalen las UPP.
El programa de las UPP, que comenzó en 2008, por lo general ha sido aclamado como un éxito, con un estudio de 2012 encontrando que la presencia estas redujo los homicidios en un estimado de 60 por cada 100.000 habitantes al año. No obstante, hay indicios de que la presencia de las UPP podría tener algunos efectos secundarios negativos, como la duplicación del número de secuestros en Río y el aumento de la violencia en otras partes del país. Los informes de marzo sobre las pandillas moviéndose de nuevo a las favelas, planteó interrogantes sobre la permanencia y el alcance del control de las UPP, con el último ataque en Rocinha - que cuenta con la más grande de todas las UPP, pero sufre continuamente de inseguridad – añadiéndose a estas preocupaciones.