La policía de República Dominicana ha desarticulado una red criminal que traficaba niños de Haití, y los obligaba a mendigar en las calles, lo cual pone en evidencia un delito común que es facilitado por la pobreza y la corrupción.
La policía rescató a 58 niños que habían sido traficados ilegalmente hacia República Dominicana, y luego obligados a mendigar en las calles de la ciudad capital de Santo Domingo, informó El Diario.
Más de 20 personas fueron detenidas y, hasta ahora, dos hombres haitianos han sido acusados. Algunos de los otros haitianos detenidos no estaban directamente vinculados a la red y serán liberados o deportados, según su estatus migratorio, según El Nacional.
Los investigadores acusaron a los sospechosos detenidos de maltratar a los niños, incluyendo golpes con cables eléctricos si no lograban traer suficiente dinero.
La operación de ocho meses, para desmantelar la red, se llevó a cabo por las fuerzas de seguridad dominicanas junto a la Agencia de Inmigración y Aduanas de Estados Unidos (Imigration and Customs Enforcement agency - ICE).
Análisis de InSight Crime
Haití es un país fuente, tránsito y destino del tráfico de personas, según el Departamento de Estado de Estados Unidos. La devastadora pobreza del país, la debilidad institucional y la rampante corrupción hacen del país un terreno fértil para los traficantes. Con el agravante de que Haití no tiene ningún conjunto de leyes que prohíba el tráfico de personas.
Con sólo una porosa frontera que separa los dos países, República Dominicana es un destino común para las víctimas del tráfico de Haití. Después del terremoto de 2010 que destruyó la infraestructura del país y dejó 230.000 muertos, la ONU informó sobre un aumento significativo en el tráfico de personas entre Haití y su vecino del este. Muchas de las víctimas terminaron en República Dominicana, debido a que los traficantes aprovecharon el caos de miles de refugiados haitianos que inundaban la frontera.
El Departamento de Estado de Estados Unidos señala que los niños haitianos a menudo cruzan la frontera de manera ilegal hacia República Dominicana, acompañados por adultos que sobornan en su camino. Mientras que muchos de ellos están buscando reunirse con sus padres que trabajan en República Dominicana, otros se ven obligados a entrar en las redes organizadas para mendigar o a la servidumbre doméstica.