Funcionarios de Paraguay han señalado que la policía en la frontera con Brasil robó un cargamento de cocaína que había sido incautado, otra prueba de la corrupción oficial en este país del Cono Sur.
El 11 de enero, un alijo de cerca de 252 kilos de cocaína, incautado por la policía paraguaya, desapareció de una jefatura policial ubicada en la provincia de Amambay.
Ocho días más tarde, el ministro de Interior, Francisco de Vargas, realizó una conferencia de prensa y señaló que la policía estaba involucrada en la desaparición. ABC Color informó que la policía pudo haber entregado la cocaína a un presunto traficante conocido como el "Gringo".
De Vargas también dijo que, a pesar de las advertencias de un posible robo, el jefe de la policía local no tomó precauciones adicionales para asegurar la cocaína y se fue de vacaciones. Las instalaciones en las que se encontraba la cocaína no mostraron señales de haber sido forzadas ni se presentaron actos de violencia durante el robo, lo que sugiere que se trató de un trabajo interno.
ABC informó que al menos cinco funcionarios de alto rango de la policía en Amambay han sido sustituidos desde que el cargamento de cocaína fue reportado como desaparecido.
Análisis de InSight Crime
Este escándalo es una prueba más de los niveles endémicos de corrupción en Paraguay, los cuales han dificultado los esfuerzos para combatir el tráfico de drogas. Luis Rojas, el titular de la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad), señaló recientemente que el país es "la ruta más barata y de menor riesgo" para el tráfico de drogas en la región, debido en parte a la debilidad de sus instituciones políticas y judiciales.
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En otras declaraciones a la prensa, Rojas dijo que sospechaba que el cargamento de cocaína desaparecido se dirigía a Brasil, el segundo mayor consumidor de cocaína del mundo. La provincia de Amambay es una ruta especialmente atractiva para los traficantes de drogas debido a su proximidad a la frontera con Brasil.
Si bien Paraguay es el mayor productor de marihuana de Suramérica, también es un importante país de tránsito para la cocaína, y es utilizado por los traficantes para llevar cocaína de Bolivia y Perú a Brasil y Argentina.