Las autoridades en Paraguay han arrestado a una quincena de agentes de policía por intento de robo de madera aserrada incautada, lo que muestra el atractivo que tiene la industria de explotación ilegal de madera en Latinoamérica tanto para los miembros corruptos de las autoridades como para las redes criminales.
Un agente de la fiscalía local ordenó la captura de 15 agentes de policía de la ciudad de Curuguaty, en el departamento de Canindeyú, este de Paraguay a lo largo de la frontera con Brasil, por el presunto intento de robo de madera talada ilegalmente que había sido confiscada en un operativo policial previo, según información de ABC Color.
Los agentes supuestamente contrataron a un conductor de camión para robar la madera de la estación de policía mientras se encontraban de servicio, informó ABC Color. Pero los individuos huyeron dejando abandonado el camión luego de ser descubiertos en el intento.
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La madera —cuyo tipo no se especificó, pero que procedía de la reserva natural Campos Morombí, que ha enfrentado graves problemas de tala ilegal en el pasado— había sido expropiado por la fiscalía ambiental de Paraguay en un operativo anterior.
Entre los capturados se encuentran el jefe de la policía local y el jefe de investigaciones criminales, según el cubrimiento de ABC Color.
Análisis de InSight Crime
Las recientes capturas en Paraguay ponen de relieve un problema constante en la región —la corrupción policial—, así como el relativo bajo riesgo frente a los altos beneficios asociados a la tala ilegal en Latinoamérica.
La reserva natural de Campos Morombí en Paraguay se ha dado a conocer por el tráfico de madera, y no es la primera vez que se acusa a agentes de la policía de intentar robar la madera que se había confiscado a taladores que la sacaron ilegalmente de la reserva.
La tala ilegal es uno de los delitos transnacionales de mayor valor en el mundo. Según un estudio de 2017, que estimaba la rentabilidad del crimen transnacional, la tala ilegal es el crimen más rentable contra los recursos naturales, con un valor entre US$52 y US$157 mil millones anuales.
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Aparte de los altos márgenes de ganancia, el riesgo también es relativamente bajo.
No es claro qué pretendían hacer los agentes con la madera robada, pero la madera traficada —a menos que se venda dentro del país— por lo general se transporta por vía terrestre y marítima a otros países, en camiones y contenedores. A menos que las autoridades estén bien entrenadas para identificar la madera de origen ilegal o documentos adulterados, que muchas veces no lo son, la madera ilegal puede mezclarse con madera de origen legal para hacer parecer que todo el cargamento es legal, o transportarse con documentos falsos.
Más aún, pese al hecho de que las autoridades en Paraguay decomisaron esta madera ilegal, la falta de personal y recursos, lo disfuncional de los equipos de operación y la corrupción tienden a obstruir los esfuerzos por atacar con fuerza la explotación maderera ilegal, lo que aumenta el atractivo de la actividad para quienes buscan llevarse una tajada de las ganancias.
Por ejemplo, en 2016 las autoridades de la reserva natural de Campos Morombí interrumpieron las inspecciones en una de las vías usadas por los traficantes para el transporte de la madera ilegal por temor a ataques, luego de que su unidad fuera reducidad de quince agentes a solo cuatro.