Un nuevo informe de las Naciones Unidas ha encontrado que Latinoamérica es la única región del mundo donde las tasas globales de homicidios aumentaron entre 2000 y 2010, con los índices de violencia registrados reflejando cambios en el narcotráfico y el mundo criminal de la región.
Latinoamérica y el Caribe vieron más de un millón de víctimas totales de homicidio durante la década, según el Informe Regional de Desarrollo Humano 2013-2014 de las Naciones Unidas (pdf), publicado el 12 de noviembre. Mientras que las tasas de homicidio en otras regiones disminuyeron hasta en un 50 por ciento, en Latinoamérica las tasas aumentaron un 12 por ciento.
Colombia, El Salvador, Guatemala, Honduras y Venezuela tuvieron tasas de homicidio de más de 30 por cada 100.000 habitantes en el año más reciente con estadísticas disponibles, mientras que México, Brasil, Panamá, Ecuador, Paraguay y República Dominicana tuvieron tasas superiores a 10 por 100.000.
Las tasas de homicidios en muchos países de Latinoamérica se estabilizaron o incluso disminuyeron ligeramente desde 2005 hasta 2011, pero algunos casos atípicos experimentaron un aumento general. La tasa de homicidios de Honduras aumentó abruptamente, de un significativo 50 por 100.000 en 2005 a 86 por 100.000 en 2011, según un funcionario de la ONU; mientras que en El Salvador osciló entre 50 y 75 en esos años, antes de caer bruscamente en 2012. Las tasas de homicidios también aumentaron durante gran parte del período en México, Panamá, Argentina y Bolivia.
Análisis de InSight Crime
El aumento de las tasas de homicidios en Latinoamérica están inextricablemente vinculadas con el crimen organizado y el narcotráfico. Durante el período de tiempo estudiado, los aumentos más agudos* se registraron en México, donde las tasas se dispararon después de 2007, y en Centroamérica, donde la tasa de homicidios casi se duplicó. En México, el aumento coincide con el entonces ataque frontal del presidente Felipe Calderón contra los carteles de la droga, mientras que en Centroamérica coincide con los cambios en las rutas de tráfico, siendo ahora la región la principal ruta para la cocaína que se mueve hacia Estados Unidos. Algunos de los países tradicionalmente menos violentos de la región, como Argentina y Bolivia, también registraron alzas significativas que coinciden con su creciente importancia para los grupos de narcotraficantes.
No obstante, no es sólo el narcitráfico transnacional el que contribuye al aumento de la violencia. La última década también ha visto a las pandillas callejeras, como las maras en Centroamérica, expandir su influencia, que, como se muestra en El Salvador, son los principales motores de la violencia en algunos países. Muchos países también han sido testigos de una explosión en las redes criminales violentas enfocadas en delitos domésticos lucrativos como el microtráfico, la extorsión y el secuestro. Mientras tanto, la guerrilla y los movimientos insurgentes en países como Colombia, Perú, Paraguay y México también han seguido alimentando la violencia.
*Un desglose detallado de Venezuela, que tiene una terrible falta de estadísticas de violencia confiables pero que se sabe que tiene tasas de homicidio muy altas, estuvo ausente en el informe.