Los robos son la principal causa de homicidios en la capital de Ecuador, Quito, según un nuevo informe, lo que plantea interrogantes sobre por qué la delincuencia común a menudo escala hasta el asesinato.

Según las estadísticas compiladas por la institución gubernamental de Ecuador, Observatorio Metropolitano de Seguridad Ciudadana (OMSC), entre enero y octubre de este año, 42 personas fueron asesinadas durante robos en Quito, en comparación con las 41 personas asesinadas durante el mismo período en 2012, informó El Comercio.

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Estos asesinatos resultaron de 4.409 casos de robos violentos, que superan el número de robos no violentos reportados, que se sitúan en 2.130.

Por el contrario, el número de asesinatos atribuidos a las peleas y a las disputas personales se redujeron de 53 casos en los primeros 10 meses de 2012 a 29 en 2013.

No obstante, la policía cuestiona la cifra diciendo que de los 153 asesinatos que tienen registrados, 103 fueron el resultado de peleas, venganzas, disputas familiares o problemas psicológicos y emocionales, mientras que el resto podría ser explicado por asaltos y robos.

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Análisis de InSight Crime

Parece que hay una gran brecha entre las cifras de la policía y las estadísticas compiladas por la OMSC. Aunque las razones de esto no son claras, los dos conjuntos de datos muestran que los robos explican un gran porcentaje de los asesinatos en Quito, planteando la pregunta de por qué el robo a menudo resulta en asesinatos.

Una posible razón de esto sería el acceso a armas de fuego, ya que es más probable que los robos llevados a cabo con armas terminen en asesinato si no van bien, que aquellos realizados con otras armas tales como cuchillos.

Otra posible razón son los niveles de impunidad, ya que los ladrones serán menos reacios a utilizar la violencia si sienten que no habrá consecuencias. Como dijo el abogado y criminólogo Gonzalo Realpe a El Comercio: “Los agresores se sienten seguros de que pueden hacer daño y saben que pocos casos recibirán sentencia”.

Las cifras también sugieren que pese al aumento en el narcotráfico en Ecuador y la expansión de las redes de microtráfico en Quito -algunas de los cuales han sido manejadas por grupos colombianos– la delincuencia común y las disputas personales siguen siendo responsables de más violencia que el crimen organizado.

La evidencia de que la expansión del crimen organizado no ha dado lugar a un aumento de la violencia fue además provista por una reducción general en la tasa de homicidios de Ecuador, de 12,4 en 2012, a 9,1 por cada 100.000 habitantes, según las estadísticas recopiladas por el coordinador de seguridad nacional. La nueva tasa representa una drástica caída desde un elevado 18,9 por 100.000 habitantes en 2008.