Un testigo clave en el escándalo de grandes dimensiones de Petrobras en Brasil acusó al presidente interino del país de solicitar contribuciones ilegales de campaña para un colega político, una denuncia más de corrupción sobre el jefe en funciones.
Las agencias de noticias brasileñas informaron el 15 de junio que Sergio Machado, exdirector de Transpetro —subsidiaria de la petrolera estatal Petróleo Brasileiro SA (Petrobras)— acusó al presidente encargado de Brasil Michel Temer de negociar un aporte ilícito de 1,5 millones de reales (unos US$430.000) para la campaña de un candidato en las elecciones para alcalde en São Paulo en 2012.
El candidato, Gabriel Chalita, hacía parte del Partido do Movimento Democrático Brasileiro (PMDB); el partido de Temer, quien en el momento fungía como vicepresidente de Brasil. La campaña de Chalita a la alcaldía no resultó en su elección.
Machado hizo las acusaciones en medio de una negociación de sentencia relacionada con las investigaciones por corrupción en Petrobras, conocidas como "Operación Lava Jato", en las cuales se descubrió que los ejecutivos de la empresa inflaban los montos de los contratos de obras públicas para pagar sobornos que muchas veces se canalizaban a campañas políticas (Los documentos de negociación de sentencia pueden consultarse en formato PDF aquí y aquí, por cortesía de O Globo).
Machado declaró que la contribución para la campaña de Chalita se hizo legalmente por medio del grupo de ingeniería Queiroz Galvão, pero salió de coimas en contratos con Petrobras.
Temer ha negado cualquier delito, y califica las acusaciones de Machado de "mentirosas y criminales". Chalita también ha repudiado las acusaciones.
Machado también implicó a más de 20 políticos en actos de corrupción, incluyendo al presidente del Senado Renan Calheiros, a quien Machado afirma que pagó millones de dólares en sobornos en la última década. Calheiros ha negado cualquier delito.
Análisis de InSight Crime
Las nuevas acusaciones añaden peso a acusaciones previas de corrupción contra Temer, quien en mayo ocupó la presidencia de Brasil en calidad provisional después de que el congreso votara para suspender a la expresidenta Dilma Rousseff y someterla a un juicio político por presuntas infracciones en el manejo del presupuesto.
Antes de la suspensión de Rousseff, la agencia Associated Press señaló que tanto Temer como Calheiros —que era el segundo en la línea para suceder a Rousseff— habían estado implicados en las investigaciones de Petrobras. Sin embargo, las acusaciones de Machado son las primeras que vinculan directamente a Temer con la corrupción en la petrolera brasileña, y podrían incitar a los investigadores a abrir investigaciones más a fondo sobre las actividades pasadas de ambos políticos.
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Sin embargo, aun cuando las denuncias expuestas en el testimonio de Machado tengan mérito, algunos expertos legales advierten que procesar a Temer sería difícil dada su condición de presidente interino. Lo que sí es seguro es que las acusaciones afectarán aún más la administración de Temer, que recientemente sufrió un remezón después de que grabaciones filtradas parecieran mostrar que algunos de los nuevos miembros de su gabinete tenían un papel en el desvío de las investigaciones por corrupción en el gobierno.