El presidente de Honduras tuvo un destacado papel en los primeros días del juicio contra su hermano, luego de que los fiscales estadounidenses lo acusaran de recibir dineros del capo mexicano “El Chapo” Guzmán. Es la primera acusación a Juan Orlando Hernández de otras que se espera surjan durante el juicio que se lleva a cabo en Nueva York.
El juicio por narcotráfico contra el excongresista hondureño Juan Antonio “Tony” Hernández —quien supuestamente utilizó sus conexiones políticas para liderar una conspiración de narcotráfico en la que se vieron involucrados políticos, traficantes, policías y militares— comenzó con la intervención del fiscal Jason Richman, quien describió cómo Hernández traficó drogas gracias a la palanca de su hermano, el presidente, “quien a su vez recibió sobornos por millones de dólares provenientes del narcotráfico”.
Richman señaló además que el capo del Cartel de Sinaloa, Joaquín Guzmán Loera, alias “El Chapo”, le entregó personalmente US$1 millón a Tony Hernández, que estaban destinados al presidente de Honduras.
Dichos dineros sucios eran para “proteger [a Tony Hernández] y a su organización y para que se mantuvieran en el negocio”, dijo Richman. La Fiscalía también presentó un libro contable, supuestamente perteneciente a la red de narcotraficantes, en el que aparecen referencias a Tony y a Juan Orlando Hernández
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Si bien el juicio es contra Tony, el presidente Hernández, quien aparece como otro de los supuestos conspiradores en el caso (aún no imputado formalmente), también está en la mira. El mandatario ha negado enfáticamente la acusación según la cual recibió dinero de las drogas por parte de El Chapo, calificándola como “absurda y ridícula” y afirmando que “esto es menos serio que Alicia en el país de las maravillas”.
En el segundo día del juicio, los fiscales vincularon a Tony Hernández con el narcotráfico basados en una “narcolibreta” de 350 páginas que fue confiscada por funcionarios antidrogas el año pasado. Según un informe de Univisión, dicha libreta, a manera de un libro de contabilidad, detalla un gran número de cargamentos de cocaína supuestamente recibidos por el excongresista y entregados a uno de sus cómplices, Nery Orlando López Sanabria, quien al parecer es uno de los principales traficantes de Honduras.
El informe de Univisión señala que otra página del libro menciona US$440.000 pagados a “JOH y su gente”. No está claro si dicha sigla se refiere al presidente, pero lo que sí se sabe es que durante mucho tiempo él ha sido conocido por sus iniciales, que suelen aparecer en pancartas a favor y en contra suya.
En los dos primeros días del juicio también se eligieron a las 12 mujeres y seis hombres que conforman el jurado que decidirá la suerte de Tony Hernández. A los jurados se les entregó una lista de individuos clave que se mencionarán a lo largo del juicio, entre ellos los exlíderes de clanes narcotraficantes como Los Valles y Los Cachiros, así como el expresidente de Honduras y el actual mandatario.
Análisis de InSight Crime
Los primeros días del juicio contra el excongresista Hernández fueron explosivos, y quizá este sea solo el comienzo de una serie de acusaciones sobre los estrechos vínculos entre funcionarios del gobierno hondureño y el crimen organizado.
Así ha ocurrido en otros litigios por narcotráfico. En el juicio de Estados Unidos contra El Chapo el año pasado, la defensa inició con la explosiva acusación de que los expresidentes mexicanos Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto recibieron “millonarios sobornos” del líder del cartel Ismael Zambada García, alias “El Mayo”.
En otro caso de Estados Unidos contra Fabio Lobo (hijo de Porfirio Lobo, expresidente de Honduras), el exlíder de Los Cachiros, Devis Leonel Rivera Maradiaga —quien quizá también desempeñe un papel clave en el juicio contra Hernández— detalló cómo sobornó repetidamente al exjefe de Estado.
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Si bien vincular al presidente Hernández con las presuntas actividades de narcotráfico de su hermano podría parecer un arriesgado inicio por parte de la fiscalía, existen precedentes que les dan peso a estas acusaciones.
En 2015, el presidente Hernández admitió haber aceptado dinero sucio en relación con un escándalo de corrupción para financiar su existosa campaña presidencial en 2013. Los fiscales también han dicho anteriormente que él recibió US$1.5 millones de dinero de las drogas para financiar su campaña.
Una cosa está clara durante estos primeros días del juicio contra Tony Hernández: que a los fiscales no les temblará el dedo para señalar al presidente Hernández por su presunta participación en la conspiración de tráfico de drogas de su hermano.