Un alto funcionario antidroga de Estados Unidos ha sugerido que el proceso de paz de Colombia está dificultando los esfuerzos por combatir la producción y el tráfico de drogas, lo cual indica que Estados Unidos está cada vez más cauteloso en cuanto al impacto que las negociaciones están teniendo en el alto incremento del cultivo de coca en el país.
William Brownfield, Secretario de Estado Adjunto para Asuntos Internacionales de Narcóticos y de Cumplimiento de la Ley (INL por sus iniciales en inglés) hizo estos comentarios el 16 de junio en un testimonio ante el Comité de Relaciones Exteriores del Senado de Estados Unidos.
“Tenemos que reconocer que a medida que el proceso de paz y sus negociaciones han avanzado en los últimos cuatro años, uno de los elementos de la política del gobierno colombiano que no se ha mantenido en sus niveles anteriores es la lucha contra el narcotráfico y las erradicaciones”, dijo Brownfield.
El gobierno colombiano ha estado adelantando negociaciones de paz con el grupo guerrillero Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en La Habana desde noviembre de 2012. Según cifras de la Casa Blanca, la producción de coca en Colombia aumentó 39 por ciento en 2014 y 42 por ciento en 2015.
“Es mi opinión que debería ser posible proseguir esas negociaciones [...] sin tener que retroceder a donde estábamos hace ocho o nueve años en términos de cultivo y producción de droga en Colombia”, puntualizó Brownfield. “Debería ser posible seguir erradicando o mantener la amenaza de la erradicación para que miles de campesinos [...] no crean que es un momento oportuno para plantar tanta coca como quieran”.
Análisis de InSight Crime
El gobierno de Estados Unidos ha sido un constante partidario de las conversaciones de paz de Colombia. En febrero de 2015, la administración del presidente Barack Obama nombró a Bernard Aronson como Secretario de Estado Adjunto de Estados Unidos para Asuntos Interamericanos, como un enviado especial para el proceso de paz. Este año, el Secretario de Estado John Kerry visitó La Habana para reunirse con las delegaciones del gobierno y las FARC. Obama también ha prometido más de US$450 millones en ayuda para la transición de Colombia hacia la paz después de décadas de conflicto civil.
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Sin embargo, los comentarios de Brownfield sugieren que al gobierno de Estados Unidos le preocupa cada vez más la manera como el proceso de paz está favoreciendo la creciente producción de coca en Colombia. Esto puede indicar que Estados Unidos están ansioso para que el gobierno colombiano concluya las conversaciones de paz, de manera que pueda enfocar más la atención en los esfuerzos de reducción de la oferta de drogas.
Incluso si el proceso de paz llega a feliz término, tanto el gobierno estadounidense como el colombiano deberán enfrentar grandes desafíos en cuanto a la reducción de los cultivos de coca. Si bien Colombia ha sido un aliado clave de Estados Unidos en la guerra regional contra las drogas, la nación andina ha flexibilizado recientemente sus anteriores políticas de línea dura. En mayo de 2015, el gobierno colombiano prohibió la fumigación aérea de cultivos de coca, que durante años habían sido un pilar del Plan Colombia, el programa de ayuda de Estados Unidos.