La guerrilla colombiana de las FARC ha publicado sus propuestas para poner fin a la producción ilícita de drogas, y aunque algunas tendrán eco con los negociadores del gobierno, es poco probable que se de un acuerdo si los guerrilleros insisten en medidas tales como la desmilitarización de las regiones tradicionales de cultivo de droga.
El Programa Nacional de Sustitución de Usos Ilícitos de los Cultivos de hoja de coca, amapola o marihuana, presentado en La Habana, y publicado por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) el 14 de enero, incluye una variedad de propuestas que muy probablemente serán aceptadas por la delegación del gobierno. Entre ellas se encuentran las de los programas de sustitución de cultivos de drogas, la suspensión de las fumigaciones aéreas de cultivos, el establecimiento de asambleas comunitarias rurales para consultar sobre el proceso y la reforma agraria -aunque los términos de una medida de este tipo todavía podrían ser un punto de fricción.
Sin embargo, la demanda de una desmilitarización de las zonas tradicionales de cultivo de drogas, con el fin de facilitar los esquemas de sustitución, es sólo una de las varias propuestas que la delegación del gobierno es probable que descarte. Otras incluyen un acuerdo para nunca explotar los recursos minerales o hidrocarburos en las áreas que actualmente están siendo utilizadas para el cultivo de drogas.
Análisis de InSight Crime
Como se señala en un artículo publicado en El Tiempo, la propuesta de desmilitarizar las actuales zonas de cultivos de drogas ignora por completo el hecho de que las instalaciones para la producción de drogas y las rutas del narcotráfico -blancos clave para los esfuerzos antidrogas de las fuerzas de seguridad de Colombia- se encuentran en esas mismas regiones. Teniendo en cuenta que cualquier acuerdo de paz tendrá que incluir un proceso de desmovilización de la guerrilla, la propuesta es esencialmente un llamado a la retirada unilateral del gobierno de dichas áreas, donde otros actores, no de las FARC, involucrados en el comercio de las drogas, continuarán sus actividades y probablemente se moverán hacia los espacios vacíos creados por una retirada de las FARC.
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Probablemente el gobierno tampoco acordará congelar la explotación de los recursos en las regiones en cuestión. Colombia es rica en minerales e hidrocarburos sin explotar, lo que promete una gran cantidad de ganancias en caso de que se de un escenario de paz y mayor estabilidad, y el gobierno ha impulsado el crecimiento a través de la minería, la extracción de gas y petróleo, un principio central de su política económica.
Sin embargo, existen numerosos aspectos de la propuesta con espacio para el diálogo, y el documento sirve como un recordatorio de la oportunidad única que el gobierno tiene en ser capaz de negociar directamente con los guardianes de gran parte de los materiales base del tráfico de drogas de Colombia.