El juicio del capo del Cartel de Sinaloa, Joaquín Guzmán Loera, alias "El Chapo", que comenzará el 5 de noviembre, ha despertado temores acerca de la seguridad de los jurados y testigos y ha generado un verdadero circo mediático que raya con la insensatez.
El temor más reciente tiene que ver con el hecho de que los miembros del Cartel de Sinaloa puedan infiltrarse en el juicio, ya sea haciéndose pasar por periodistas con identificación falsa, o chantajeando a los verdaderos periodistas para que les ayuden, ha señalado un informe de El Universal.
Los fiscales están siendo extremadamente cautelosos para mantener en secreto la información relativa a los testigos y miembros del jurado en el juicio contra El Chapo, según el New York Times.
En el mes de febrero, convencieron al juez Brian M. Cogan de que mantuviera en reserva la identidad del jurado durante todo el juicio. Además, los miembros del jurado serán transportados desde y hacia sus casas por jefes de policía federales que portarán armas.
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Por otro lado, los testigos que están en la cárcel han sido puestos en extremas condiciones de custodia preventiva, y a otros se les ha ordenado "cortar todo tipo de comunicación con familiares y amigos, con el fin de mantener los más altos niveles de protección".
Eduardo Balarezo, abogado defensor de Guzmán Loera, ha dicho que no existen razones para tal nivel de protección. En el mes de enero afirmó que su cliente no estaba en capacidad de dar ningún tipo de órdenes, y mucho menos para un asesinato, dado su casi completo aislamiento en la prisión. Balarezo también ha argumentado que estas son tácticas de la Fiscalía para influir injustamente en el juicio.
La respuesta de los fiscales consistió en acusarlo de "poner en peligro a un testigo" por mencionar recientemente el nombre de esa persona en un mensaje de texto.
Análisis de InSight Crime
En ausencia de más información, es difícil dar crédito a las afirmaciones de ambas partes.
Aunque en 2016 el Cartel de Sinaloa presuntamente asesinó, mientras se encontraba trotando, a un juez federal encargado de supervisar el caso de El Chapo, y también al parecer dio muerte al padre de dos testigos en el año 2009, atacar testigos o miembros del jurado en Estados Unidos es algo bastante diferente y sería muy improbable dada la magnitud de este caso. La manipulación de testigos suele ocurrir, pero es poco común en casos de esta envergadura —y la manipulación del jurado es incluso menos común—.
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En todo caso, manipular testigos puede resultar inútil, dado que la mayor parte de los casos de tráfico internacional de drogas incluyen también una gran cantidad de evidencia forense, como extractos bancarios y transcripciones de llamadas interceptadas, que a menudo son mucho más confiables e importantes que la memoria humana.
Por otro lado, la afirmación de Balarezo según la cual los fiscales están tratando de influir en el jurado al tomar estas precauciones también parece ilógica, dado que una amenaza impediría que los miembros del jurado puedan dictar condena. Y es además irónica, viniendo de una personalidad que conoce bien los medios y que ha ganado fama gracias a su representación de otros capos del narcotráfico.