Legisladores de Ciudad de México han presentado un proyecto de ley que despenalizaría el consumo de marihuana en la capital, una iniciativa que ha recibido elogios por parte de líderes regionales, pero que también plantea preguntas sobre los efectos de tal medida.
El 13 de febrero, los legisladores de Ciudad de México presentaron un proyecto de ley a la Asamblea Legislativa para despenalizar el consumo y regular la venta de marihuana, informó Animal Político.
El proyecto de ley, listo para ser analizado el mes próximo, tiene tres propuestas centrales: 1) Aquellos que porten cinco gramos de marihuana –la dosis personal máxima no sujeta a sanciones penales- ya no podrían ser detenidos ni obligados a ser sometidos a tratamientos contra la adicción, como actualmente lo estipula la ley, 2) el gobierno de la ciudad regularía y controlaría la venta de marihuana a través de puntos de distribución designados y aprobados, 3) un sistema de reducción de riesgos sería creado para ayudar a proteger la salud de los usuarios.
La iniciativa, dicen los legisladores, no busca promover el consumo, sino más bien, despenalizarlo y minimizar los riesgos relacionados con éste.
Bajo la legislación propuesta, el cultivo de marihuana seguiría siendo tratado como un delito federal, así como la posesión de más de cinco kilos de la sustancia, mientras que la posesión de más de cinco gramos y de menos de cinco kilos, destinados exclusivamente al consumo personal, sometería a la persona a un programa de disuasión.
Los expresidentes de México, Colombia, Chile y Brasil expresaron en una carta su apoyo a la iniciativa, alabando los esfuerzos de la ciudad "por promover un cambio de paradigma que nos permitirá, gradual y ordenadamente, transitar hacia una regulación responsable".
Análisis de InSight Crime
Este tan esperado proyecto de ley llega en medio de crecientes llamados para despenalizar la marihuana en México, así como en medio de movidas por parte de líderes regionales con el fin de explorar alternativas a las actuales políticas de drogas, frente a un percibido fracaso de la “guerra contra las drogas” liderada por Estados Unidos.
Países como Colombia y Perú ya han despenalizado la posesión de pequeñas cantidades de marihuana, y Uruguay se convirtió recientemente en el primer país en aprobar una ley que regula toda la cadena de producción y distribución de la droga.
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Cómo formular políticas de drogas que finalmente logren reducir las ganancias de los grupos criminales, es una cuestión delicada, y la legislación propuesta por Ciudad de México plantea la cuestión fundamental de que, mientras la marihuana siga procediendo del mercado ilícito, una política a favor del consumo pero en contra de la producción, podría tener como efecto no deseado el aumento de las ganancias criminales.