México ha creado una nueva unidad para combatir el creciente secuestro en el país, aunque persiste la duda sobre si este organismo podrá hacerle frente al crimen, de una manera más efectiva, que las instituciones existentes.
La Coordinación Nacional Antisecuestro fue inaugurada como parte de la Estrategia Nacional Antisecuestro, durante una presentación el 28 de enero. Renato Sales Heredia, un procurador cuya carrera incluye haber trabajado en la Procuraduría General de la República, fue nombrado zar antisecuestro, informó Animal Político.
Según Sales Heredia, las unidades antisecuestro serán creadas en todo el país como parte de la estrategia. Éstas supervisarán el uso de recursos para combatir el crimen, informó Animal Político.
Monte Alejandro Rubido García, secretario ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP), afirmó que el objetivo del nuevo organismo es “una gestión y fuerza vinculante a nivel local y federal”.
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Como parte del proyecto, la Secretaría de Gobernación (SEGOB) coordinará y monitoreará los esquemas para prevenir, sancionar y desmantelar operaciones de secuestro a nivel nacional. Un Comité Especial de Seguimiento y Evaluación estará integrado por la SEGOB para monitorear el desempeño de la nueva organización. Éste comité incluirá representantes de las secretarías de la Defensa Nacional (SEDENA), la marina (SEMAR), la Procuraduría General de la República (PGR), representantes de la Conferencia Nacional de Gobernadores (CONAGO) y la sociedad civil, informó Excelsior.
Análisis de InSight Crime
México ha experimentado recientemente un aumento en el secuestro y la extorsión, pese a las promesas del presidente Enrique Peña Nieto de atacar al crimen. Este incremento ha acompañado la fragmentación de las organizaciones criminales del país; a medida que aumenta la competencia entre los grupos, los ingresos provenientes de las drogas se estiran cada vez más, llevando a las organizaciones criminales a diversificar sus fuentes de ingresos con crímenes como el secuestro y la extorsión.
La impunidad desenfrenada también ha permitido que el crimen perdure, ya que los criminales operan sin la preocupación de ser capturados o procesados. Con pocas probabilidades de que sea resuelto y viviendo temerosos a las represalias, las víctimas son reacias a reportar el crimen. Un informe reciente de El Universal estima que el 98 por ciento de los secuestros no fueron reportados en 2012. Según el periódico, mientras que 1.407 secuestros fueron reportados ese año, se estima que realmente ocurrieron 89.086.
En éste contexto, una de las tareas más urgentes de la nueva Coordinación Nacional Antisecuestro será restaurar la confianza pública en el Estado para lidiar con el crimen, algo que tal vez sólo será posible por medio de resultados prontos y tangibles.