Las autoridades de República Dominicana han detenido a un exmilitar por cargos de drogas, retirado a 68 agentes de policía por mala conducta, y reabrieron una investigación de un expresidente por lavado de dinero, lo que resalta cómo la corrupción permea las instituciones públicas en la nación caribeña.
La policía dominicana arrestó a un ex primer teniente del ejército como parte de una redada contra el crimen organizado, en la cual se incautaron 20 kilos de cocaína, una docena de armas de fuego y equipo militar.
El mismo día, la policía anunció el retiro de 68 oficiales de sus filas -entre ellos tres coroneles-. Si bien la mayoría fueron retirados por mala conducta personal y profesional, al menos uno estaba vinculado con grupos criminales.
Ambos anuncios fueron hechos un día después de que un caso por corrupción y lavado de dinero, contra el expresidente Leonel Fernández, fuera reabierto después de que un exfiscal y rival político apelara contra la anulación de investigaciones sobre su conducta, en mayo, durante tres mandatos presidenciales, el último de los cuales terminó en agosto de 2012.
Análisis de InSight Crime
República Dominicana, un punto de trasbordo importante para las drogas que se trafican con destino a Estados Unidos, por vía aérea y marítima, se ha visto afectada en los últimos años por las acusaciones de corrupción y complicidad en el tráfico de drogas entre las fuerzas de seguridad, incluyendo a oficiales de alto rango.
A principios de este año, un ex candidato presidencial enfrentó acusaciones de que había aceptado sobornos de un capo de la droga, mientras que el año pasado Estados Unidos anuló las visas de tres de los asesores más cercanos de Leonel Fernández, por presuntos vínculos con la droga. La investigación de Fernández sugiere que incluso los máximos dirigentes de República Dominicana están involucrados con el crimen organizado.
En los últimos años, República Dominicana ha cooperado ampliamente con Estados Unidos y otros socios regionales en los programas de interdicción de drogas y ha hecho algunas redadas significativas en 2013, mientras que las declaraciones en febrero de que el tráfico aéreo había sido "esencialmente eliminado", rápidamente resultaron ser infundadas.
Pese a estos avances, la corrupción endémica vista en el ejército, la policía y la política -que se extiende hasta los niveles más altos- sirve como una barrera para el éxito de los esfuerzos antidrogas.
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