A medida que la tregua entre pandillas muere lentamente, los homicidios en El Salvador han aumentado casi 70 por ciento en el primer semestre de este año, pero el nuevo gobierno todavía no ha anunciado una política integral de seguridad para hacer frente a los desafíos posteriores a la tregua.
El 24 de julio, durante una conferencia de prensa, la Policía Nacional Civil (PNC) de El Salvador anunció que 2.098 personas habían sido asesinadas entre enero 1 y julio 23 de este año, en comparación con 1.235 en el mismo periodo de 2013, informó EFE. El Ministerio de Justicia y Seguridad Pública del país señaló que el 80 por ciento de los homicidios se concentraron en 63 de los 262 municipios del país, informó El Mundo.
Según el director de la PNC, Mauricio Ramírez Landaverde, las pandillas callejeras del país son responsables de la mayor parte de los homicidios y sus miembros representaron la mayor cantidad de victimas, informó EFE.
El presidente Salvador Sánchez Cerén ha desarrollado una propuesta de una política de seguridad destinada a abordar la violencia y la criminalidad que afligen al país, que según EFE busca ayudar a las víctimas y fortalecer las instituciones. Pero casi dos meses después de asumir el cargo no ha presentado públicamente los planes de su gobierno en materia de seguridad.
Análisis de InSight Crime
Durante el último año El Salvador ha experimentado un gran incremento en los asesinatos mensuales, a medida que la tregua implementada por las pandillas de la Mara Salvatrucha (MS13) y Barrio 18 en Marzo de 2012 -un esfuerzo respaldado por el gobierno del expresidente Mauricio Funes- muere lentamente. Inicialmente se atribuyó a la tregua una reducción de casi el 50 por ciento en la tasa de homicidios del país.
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Ahora el nuevo gobierno se enfrenta a un dilema: ¿permitir la continuidad de la fracturada iniciativa o anunciar oficialmente que ha llegado a su final? Hasta ahora la respuesta ha sido confusa, aunque las señales no son positivas para los partidarios de la tregua. En junio el presidente del país afirmó que "no dará tregua al crimen organizado", pero más recientemente, el ministro de Seguridad Benito Lara señaló a El Faro, que el gobierno no se va a interponer en las negociaciones entre las pandillas.
A pesar de que Sánchez Cerén ha anunciado la existencia de una nueva estrategia de seguridad, ya suma dos meses en el cargo sin haber dado detalles acerca de las acciones concretas que tomará su gobierno. Con la tasa de homicidios ahora alcanzando los niveles previos a la tregua es crítico que el gobierno desarrolle rápidamente un plan para la etapa posterior a la tregua, o podría terminar implementando una política de seguridad reactiva, constantemente intentando ponerse al día con el desarrollo de los acontecimientos.