Las autoridades de Guatemala han capturado a un poderoso capo de la droga, vinculado a un cartel de México, quien controló tres rutas terrestres clave de tráfico, lo que plantea la pregunta de quién irá a ocupar su lugar.
Las fuerzas especiales guatemaltecas le siguieron la pista a Jairo Orellana Morales, alias "El Pelón", hasta el municipio de Gualán, en el departamento de Zacapa, al oriente del país, en donde se desató un tiroteo con sus guardaespaldas, informó elPeriódico.
Las autoridades dijeron que habían estado siguiendo a Orellana desde agosto de 2013. Después de su captura, fue inmediatamente trasladado a una base aérea antes de ser trasladado a la capital, Ciudad de Guatemala, para evitar cualquier intento de rescate, informó Prensa Libre.
Análisis de InSight Crime
Orellana entró en el negocio de la droga a una edad temprana como pistolero de los Lorenzana, una infame familia de tráfico con vínculos con el Cartel de Sinaloa de México. Él tiene un hijo con Marta Lorenzana, la hija del patriarca de la familia, Waldemar Lorenzana, quien recientemente fue extraditado a Estados Unidos.
Sin embargo, Orellana finalmente se alió con los rivales mexicanos del Cartel de Sinaloa, Los Zetas, cuyas operaciones al parecer él dirigía en Zacapa. Su inclinación por robar cargamentos de droga a sus rivales -una práctica conocida como "tumbe"- incluyendo 1,5 toneladas de cocaína que pertenecían al Cartel de Sinaloa, le otorgó el apodo del "Rey del Tumbe".
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A mediados de 2013, las actividades de Orellana lo llevaron a ser designado por el Tesoro de Estados Unidos bajo la Ley de Cabecillas (Kingpin Act).
Pero no había sido fácil desmantelarlo, ni para las autoridades ni para sus muchos enemigos, que con el tiempo llegaron a incluir a los Zetas. En noviembre de 2012, Orellana se salvó por poco de ser asesinado por pistoleros de los Zetas en un hospital. Varios de sus guardaespaldas no tuvieron tanta suerte y los pistoleros enemigos, cazando a Orellana, les dispararon al estilo ejecución.
Aunque Orellana ascendió a través de las filas de una organización criminal tradicional, su éxito se debe a su capacidad para negociar y romper alianzas de manera favorable para él. Él se unió a los Zetas cuando estaban ganando poder en Guatemala, pero cuando su influencia decayó, rápidamente llenó el vacío, trabajando como agente libre, e incluso pudo haber vendido drogas para el rival Cartel de Sinaloa.
Orellana también se benefició de la restricción que impuso las autoridades en las rutas de tráfico aéreas y marítimas, haciendo que las tres rutas terrestres que controlaba fueran vitales para mover la droga hacia México. Queda por ver quién llenará el vacío dejado por su captura.