Estados Unidos planea hacer un masivo recorte de su ayuda extranjera que podría tener un impacto negativo en las iniciativas para combatir el crimen organizado y la inseguridad en Latinoamérica.

Para el año fiscal de 2018, la administración del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, busca reducir en más de un tercio la ayuda que se brinda a países en desarrollo, según reveló un plan presupuestal del Departamento de Estado obtenido por Foreign Policy (documento insertado abajo).

Aunque el borrador de 15 páginas es apenas una propuesta, los posibles recortes son impactantes, en particular para Latinoamérica y el Caribe.

En 2016, Estados Unidos entregó más de mil millones de dólares de ayuda para el desarrollo a países del hemisferio occidental. El plan de Trump es recortar esa cifra en casi 40 por ciento.

Los recortes apuntan a financiación de programas como el Fondo de Ayuda Económica (ESF por sus iniciales en inglés), que busca “promover la estabilidad política o económica en áreas donde Estados Unidos tiene intereses especiales estratégicos”, y la Ayuda para el Desarrollo, que “suministra conocimiento experto y recursos esenciales para el desarrollo de instituciones sociales, políticas y económicas en países en desarrollo”, según la organización de investigación Security Assistance Monitor. También los programas relacionados con servicios de salud tendrían recortes según este plan.

En muchos casos, la propuesta de Trump eliminaría por completo la financiación de estos programas para ciertos países. La financiación de Ayuda para el Desarrollo quedaría en cero para Brasil, República Dominicana, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Haití, Honduras, Jamaica, México, Nicaragua, Paraguay y Perú.

Colombia, Cuba y México también tendrían recortes en sus ayudas del ESF. El Salvador, Guatemala, Haití, Honduras y Perú tendrían incrementos en la financiación del ESF, pero reducciones en el total de ayuda para el desarrollo.

Foreign Policy también informó que la administración Trump está considerando la fusión de la Agencia Estadounidense para el Desarrollo Internacional (USAID) con el Departamento de Estado, como parte de un plan detallado en una orden ejecutiva del 13 de marzo en la que se busca reorganizar la rama ejecutiva.

Los expertos consultados por la revista expresaron duras críticas a la propuesta.

“Lo que se está haciendo básicamente es aniquilar la herramienta más importante de influencia estadounidense en el mundo en desarrollo, como es nuestro programa de desarrollo”, replicó Andrew Natsios, anterior administrador de USAID en el gobierno del expresidente George W. Bush. “En mi opinión, esto será un absoluto desastre a largo plazo”.

En una carta abierta divulgada en febrero, más de 120 generales retirados del ejército advirtieron al Congreso y a la Casa Blanca contra los recortes en la financiación del Departamento de Estado y otros organismos para el desarrollo, aduciendo que el trabajo de estos es “vital para prevenir el conflicto”.

Análisis de InSight Crime

Los recortes a la ayuda extranjera se insertan de manera coherente en la retórica de Trump de “primero América”. Los sondeos muestran que el público estadounidense cree que su país gasta en ayuda extranjera mucho más de lo que realmente destina a ese fin, y que la mayoría de los estadounidenses están a favor de reducir los programas de ayuda. 

En realidad, Estados Unidos solo gasta en ayuda extranjera alrededor del 1 por ciento del total de su presupuesto federal. Por esta razón, los recortes no representan un gran cambio en el gasto total. Pero sí representan un gran golpe a los países receptores que puede amenazar su capacidad para combatir los grupos del crimen organizado y mejorar la seguridad.

En Latinoamérica, los programas del ESF y de Ayuda para el Desarrollo han estado apoyando iniciativas que buscan mejorar el crecimiento económico y fortalecer las instituciones locales. Aunque la eficacia de los programas de USAID contra el crimen en Centroamérica ha sido tema de debate, las iniciativas patrocinadas por el organismo han buscado generar prosperidad y reducir el crimen y la violencia en toda la región.

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La investigación reciente ha establecido un nexo entre el subdesarrollo y las actividades criminales. Como lo expuso ampliamente la Oficina de las Naciones Unidas para la Droga y el Delito (ONUDD), el crimen parece ser a la vez causa y consecuencia de la pobreza. Y se ha culpado a la debilidad de las instituciones del estado por contribuir a un gran número de problemas de delincuencia en toda la región. En consecuencia, el recorte de fondos para iniciativas de desarrollo orientadas a superar estos problemas puede terminar reforzando la influencia de las organizaciones criminales.

Niveles de control presupuestario para el año fiscal 2018 en Estados Unidos (cortesía de Foreign Policy): 

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