Un tribunal de Panamá ha declarado culpables y condenado a tres nicaragüenses de una red de trata de personas que se dedicaba a la explotación laboral de sus víctimas, un signo prometedor en una región que tiene dificultades para combatir esta actividad ilegal.

El 13 de julio, un tribunal de Panamá condenó a los tres nicaragüenses a 15 años de prisión, por dirigir en el país una red de trata de personas dedicada a explotar la mano de obra de once conciudadanos nicaragüenses, informó El Nuevo Diario.

Según el medio de noticias, una de las integrantes del grupo, Rosa María Ortega Rivera, era supuestamente la encargada de comprar boletos de avión de ida y regreso para los trabajadores y de proporcionarles US$500, la cantidad mínima que los turistas necesitan para entrar a Panamá.

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Debido a sus necesidades económicas, el grupo de trabajadores supuestamente llegó a Panamá proveniente de Nicaragua, pues se les había prometido un trabajo y un sueldo mensual de US$600. Pero, según El Nuevo Diario, tras su llegada en octubre de 2013, estas personas fueron obligadas a trabajar largas horas sin recibir ningún salario y a dormir en una fría y sucia bodega, con poca alimentación.

La condena se produce cuatro años después de que algunos de los trabajadores presentaron una denuncia ante las autoridades panameñas en 2013.

Análisis de InSight Crime

Esta condena es una señal prometedora. En los últimos dos años, las autoridades de Panamá han desmantelado 14 organizaciones de tráfico de personas, llevando 24 traficantes y ocho de sus líderes ante las autoridades, según estadísticas de la Comisión Nacional Contra la Trata de Personas en Panamá.

Como región, Latinoamérica enfrenta dificultades para combatir la trata de personas y la explotación laboral. Sólo cuatro países de la región —Guyana, las Bahamas, Colombia y Chile— cumplen con los estándares descritos en el informe de 2017 del Departamento de Estado de Estados Unidos sobre Trata de Personas (TIP por sus iniciales en inglés).

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La red desmantelada recientemente es también una señal de que las tendencias de la trata de personas en la región pueden estar cambiando. Las víctimas de la trata de personas por lo general han migrado hacia el norte, a Europa y Estados Unidos. Pero la trata entre los países del sur está aumentando. En otro caso reciente, en el año 2016 varios niños bolivianos fueron supuestamente llevados al sur, a Argentina, para ser explotados en fábricas y talleres.