Una red de traficantes de identidad en Honduras habría vendido documentos falsos a centenares de migrantes de otros continentes, aprovechando que hay una alta demanda de las rutas latinoamericanas para el tráfico humano hacia Estados Unidos.
En el marco de la Operación Dragón IV que se realizó este mes en distintas regiones del país para combatir una serie de delitos, la Fiscalía Especial para la Transparencia y Combate a la Corrupción Pública (FETCCOP) y la Agencia Técnica de Investigación Criminal (ATIC) lograron capturar a dos personas que pertenecían a una red que operaba dentro del Registro Nacional de Personas (RNP).
Uno de los capturados fue Jorge Adalberto Discua Mejía, exempleado del RNP de Siguatepeque, en el departamento de Comayagua. Según Proceso, en el registro municipal de Siguatepeque habían sido inscritos de manera irregular por lo menos 100 ciudadanos de Palestina y Siria, quienes habrían pagado “fuertes sumas de dinero” para obtener su tarjeta de identidad hondureña. El otro exfuncionario capturado fue Víctor Antonio Andrade, quien trabajó en el RNP de La Ceiba, en el departamento de Atlántida. Según La Prensa, Andrade utilizaba los datos de las inscripciones de defunción para generar nuevas actas de nacimiento y posteriormente venderlas a migrantes extranjeros.
Desde noviembre del año pasado, las autoridades hondureñas comenzaron a identificar anomalías en el RNP, que apuntaban a una posible red de falsificación de documentos de identidad formada por empleados de esta institución, informó el diario Proceso.
Las investigaciones de ese entonces arrojaron que las actas de nacimiento de hondureños fallecidos o de aquellos que aún no habían reclamado su tarjeta de identidad eran adulteradas y posteriormente asignadas a migrantes procedentes de África, Medio Oriente y Asia, para que pudieran obtener pasaporte hondureño. Durante esa operación, las autoridades solamente hicieron inspecciones y dieron seguimiento a la investigación del caso.
Proceso informó que la FETCOOP y la ATIC continúan con las investigaciones para eventualmente judicializar 60 casos relacionados a esta red.
Análisis de InSight Crime
En los últimos dos años se ha reportado un aumento de migrantes provenientes de otros continentes en varios países de Centroamérica. A finales del año pasado, Proceso reportó que la mayor cantidad de migrantes que atravesaban Honduras eran de origen africano, asiático y cubano.
Un pasaporte hondureño le facilita a los migrantes el movimiento por los países del Triángulo Norte y evita así que puedan ser deportados a sus países de origen antes de poder continuar con su viaje. Además, la migración, incluso legal, desde algunos países de África, Medio Oriente y Asia a Estados Unidos ha intentado ser impedida por la actual administración de Donald Trump, quien la ha descrito como una amenaza para la seguridad nacional.
Por esta razón, el gran número de ciudadanos de estos países que compra papeles de identificación hondureños, podría obedecer a un incremento en la demanda de las rutas latinoamericanas para ingresar a Estados Unidos. Esto debido a los crecientes controles y restricciones en las rutas europeas, como respuesta a la crisis de refugiados que se origina por diversos conflictos, como el de Siria.
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Por lo tanto, el hallazgo de esta red criminal dedicada a la venta de falsos registros de identidad de Honduras se da en un momento en que parece haber más demanda de estos documentos, por lo que las redes criminales podrían estar aprovechando para incrementar también sus ingresos.
Una investigación de El País en 2016 encontró que migrantes provenientes del continente africano estaban pagando entre US$5 mil y US$10 mil para que los traficantes los pasen de Centroamérica a Estados Unidos.