Un juez de El Salvador exoneró de cargos de lavado de dinero a varios exjugadores de la selección nacional de fútbol a pesar de que aparentemente aceptaron dinero para arreglar partidos; una decisión que envía un mensaje de impunidad tanto a los jugadores como a los criminales internacionales.
El 27 de marzo, el juez Ernesto Pineda exoneró a 11 jugadores por aceptar dinero para arreglar partidos, declarando que tal comportamiento "no se configura como delito de lavado de dinero” en los códigos penales de El Salvador, informó El Faro.
De los 11 jugadores que enfrentaban cargos, 10 fueron excluidos de por vida de la federación de fútbol de El Salvador en septiembre de 2013, y el otro jugador fue suspendido durante 18 meses. Presuntamente, los jugadores arreglaron cuatro partidos del equipo nacional salvadoreño entre 2010 y 2012: tres en Estados Unidos y uno en Paraguay.
Si bien el juez Pineda dijo que los jugadores "han atacado la dignidad de la patria", agregó que sus acciones quedaran "en el ámbito de la moral y la conciencia."
El juez también decretó el sobreseimiento definitivo para tres extranjeros implicados en el arreglo partidos —dos nicaragüenses y un maliense—.
Análisis de InSight Crime
En todo el mundo, sin importar el tamaño del país, los equipos de fútbol son fuente de orgullo (y en ocasiones de vergüenza), y cuando este caso se hizo publico, se convirtió en un vergonzoso escándalo que acaparó la atención nacional.
Pero los equipos de fútbol también son una fuente de crimen. Como InSight Crimen ha informado, es común que los grupos criminales estén relacionados con los equipos de fútbol locales. Los equipos pueden ayudar a lavar dinero y en ocasiones les pueden conseguir también capital social en sus áreas de operación.
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Como demuestra este caso, algunos criminales también tienen otro propósito: el de manipular las apuestas internacionales. En esta ocasión, cada uno de los jugadores salvadoreños aparentemente aceptó US$10.000 de las manos de un criminal de Singapur llamado Dan Tan a cambio de manipular los partidos en cuestión —uno de los cuales fue un partido amistoso contra el DC United en el Estadio RFK en Washington, DC—.
Declarar inocentes a los jugadores por un tecnicismo, sólo sirve para incentivar estos fines criminales.