Según un informe presentado por una comisión gubernamental, la policía de la provincia argentina de Buenos Aires pierde un arma de fuego cada 48 horas, lo cual perjudica aún más la credibilidad de una fuerza policial que por años ha recibido abundantes denuncias de irregularidades.
Con base en estadísticas del Ministerio de Seguridad, la Comisión Provincial por la Memoria (CPM) descubrió que en los últimos cinco años desaparecieron más de 900 armas de fuego pertenecientes a la policía provincial de Buenos Aires, informó La Nación.
Según el tipo de cambio oficial, el valor de una pistola policial regular es de unos US$740, lo cual genera un gran beneficio para los vendedores potenciales en el mercado negro. Si bien la gran mayoría de las armas son presuntamente robadas a los policías, los grupos criminales también han irrumpido en comisarías y saqueado arsenales de armas. Por ejemplo, según La Nación, en octubre de 2014, un grupo forzó el ingreso a un depósito de armas de la policía y se llevó armas, municiones y chalecos antibalas mientras los oficiales “se encontraban patrullando”.
Según La Nación, en el 38 por ciento de los casos de desapariciones de armas, los oficiales se encontraban fuera de servicio y la pérdida o robo se produjo en sus viviendas o vehículos particulares. Estas revelaciones llevaron al ministro de Seguridad de Buenos Aires, Alejandro Granados, a comprometerse a reducir el número de armas “ociosas” en manos de los policías, y en caso de necesitar refuerzos, sólo las unidades especialmente entrenadas tendrán acceso a armamento más pesado
Los policías provinciales se han puesto a la defensiva desde que el informe de la CPM fue publicado. Viviana Arcidiacono, auditora general de Asuntos Internos, le dijo a La Nación que si se tiene en cuenta que diariamente hay unos 50.000 policías en las calles, “el número [de armas perdidas] no es tan grande”. Arcidiacono también dijo que las sanciones por la pérdida de un arma son graves, por lo que los oficiales son muy cuidadosos.
Análisis de Insight Crime
El informe de la CPM perjudica aún más la credibilidad de la policía provincial, que ha pasado por años de reestructuración y purgas de miles de oficiales corruptos, los cuales han sido acusados de actuar más como una “mafia” que como una fuerza policial, debido a las denuncias de brutalidad y corrupción dentro de sus filas.
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Pero la pérdida de armas de fuego no afecta sólo a la policía provincial. En 2012, un informe del gobierno señaló que las fuerzas armadas perdieron 400 armas de fuego en un período de dos años, incluyendo algunas armas pesadas que más tarde aparecieron en Brasil.
En lo que respecta al informe de la CPM, el policía citado por La Nación considera que las armas podrían terminar en el mercado negro de las afueras de Buenos Aires, en donde se presentan tasas de violencia más altas que en el centro de la ciudad.
Sin embargo, el número de armas perdidas y robadas a la policía es una gota en el mar si se compara con el número estimado de armas de fuego ilegales en Argentina, que oscila entre 700.000 y dos millones.