Las autoridades en Perú identificaron cuatro rutas terrestres y acuáticas utilizadas para traficar cocaína a Bolivia, y una que se utiliza para mover las drogas a Brasil, lo que demuestra que aunque los vuelos con drogas son el método más popular para exportar la cocaína peruana, también existe una serie de rutas alternativas bien establecidas.
Tres de estas rutas comienzan en la provincia suroccidental de Ayacucho, y dos en Sandia, en la provincia suroriental de Puno, según información de la policía consultada por el diario Los Andes. Estas mismas fuentes precisaron que cada semana, 250 kilos de droga dejan al país por Sandia y Carabaya -también en Puno- que son importantes centros de producción de droga y el hogar de pistas de aterrizaje clandestinas utilizadas por los vuelos de salida de la droga.
En Puno, las drogas se almacenan primero en Juliaca, desde donde son enviadas a través de una serie de ciudades hacia Desaguadero, en el lago Titicaca, y luego se transportan a través de la frontera con Bolivia en barco. Tres de las rutas coinciden en esta sección del viaje, pero se originan en diferentes partes de Perú. Una cuarta ruta entra en Bolivia por el río Suches, que se encuentra en la frontera entre los dos países. Una ruta hacia Brasil parte de Perú desde Puerto Maldonado, en la región de explotación de minería ilegal, Madre de Dios, al norte de Puno.
Análisis de InSight Crime
En 2013, Perú surgió como el cultivador de coca número uno del mundo, lo que se añade a su estatus como el mayor productor de cocaína. Mientras tanto, el uso de aviones para exportar la droga a Bolivia, desde donde se trafica a países como Brasil, Argentina y Europa, ha ido en aumento. Más de 17 toneladas de cocaína salieron en 58 vuelos con drogas desde Ciudad Constitución en la región del VRAEM –el corazón de la producción de coca- en cuatro meses el año pasado.
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El tráfico aéreo de Perú a Bolivia es rentable y relativamente fácil, implica pocos riesgos de interceptación de las autoridades peruanas y bolivianas, que carecen de la tecnología de radar para detectar vuelos con drogas. Las rutas terrestres, por su parte, suelen ser menos eficientes, por lo general emplean el llamado sistema "hormiga" en el que un gran número de "mulas" con drogas mueve cada una pequeñas cantidades de cocaína a lo largo de las rutas de tráfico.
Sin embargo, los dos países planean aumentar la cooperación en seguridad para combatir los vuelos con drogas y Perú anunció en junio pasado que el primer radar del país estaría listo en 2014. Si se pone mayor presión sobre los vuelos con drogas, la variedad de rutas de tierra y agua identificadas por las autoridades peruanas podría cobrar importancia en un futuro próximo.