Funcionarios de Colombia y Venezuela dispusieron nuevos mecanismos bilaterales cuyo objetivo es atacar el crimen organizado transnacional y se preparan para la reapertura de la frontera luego de meses de un cierre que ha beneficiado a los grupos criminales.
Funcionarios de ambos lados de la frontera se reunieron esta semana en San Antonio, Táchira, en territorio venezolano, para discutir sobre cooperación bilateral en temas de seguridad fronteriza, informó la revista Semana. La cooperación bilateral representa una mejoría de las malas relaciones entre los dos países, motivo que llevó a Venezuela cerrar su frontera en agosto del 2015.
Representantes de los ministerios de seguridad, defensa y asuntos extranjeros de ambos países asistieron a la reunión junto con diplomáticos y políticos. Los participantes resaltaron la operación de un nuevo centro de cooperación bilateral que coordinará acciones para mejorar la seguridad ciudadana y combatir el crimen organizado transnacional que opera en la zona fronteriza.
El gobernador del estado de Táchira en Venezuela, José Gregorio Vielma Mora, dijo que el contrabando en la frontera se alimenta del tráfico de drogas y que se usará el intercambio de inteligencia para detectar, encontrar y eliminar elementos criminales. El gobernador del departamento de Santander en el vecino país, William Villamizar, dijo que esperaba una pronta reapertura de la frontera “con condiciones de seguridad, control del contrabando, armonía en la migración y posibilidad de un comercio estable”, reportó El Nacional.
La frontera se cerró hace casi un año por orden del presidente de Venezuela Nicolás Maduro, quien adujo amenazas de paramilitares y narcotraficantes colombianos.
Representantes venezolanos propusieron la creación de un “régimen aduanero especial”, que permitiera el comercio bilateral de productos básicos, muchos de los cuales tienen escasez crítica en Venezuela. Los cambios propuestos empezarían en el estado fronterizo de Táchira, en Venezuela, para luego expandirse a los estados de Zulia, Amazonas y Apure. Adicionalmente, los ministros de relaciones exteriores acordaron crear una identificación “fronteriza” especial para colombianos y venezolanos que residan en la región, añade la nota de Semana.
Análisis de InSight Crime
Los últimos meses que ha estado cerrada la frontera han sido altamente rentables para los grupos criminales, que han tenido potestad sin precedentes en el mercado de contrabando en la frontera.
Grupos criminales conocidos en Colombia como ‘bandas criminales’ o Bacrim, que incluyen a Los Urabeños y los Rastrojos, se han beneficiado enormemente del control de pasos informales, que han cobrado importancia como resultado del cierre de la frontera. Pero hay muchos actores ilegales activos en la región. Funcionarios fronterizos corruptos también han tenido beneficios económicos.
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Estos diálogos bilaterales también se dan en medio de informes de una creciente presencia de insurgentes del Ejército Nacional de Liberación (ELN) a lo largo de la frontera en Venezuela, particularmente en los estados de Táchira y Apure, según informó El Colombiano.
Así como el cierre de la frontera alteró el panorama criminal, la esperada reapertura traerá nuevos métodos de operación para una variedad de grupos criminales. Cualquier cooperación binacional para contrarrestar el crimen organizado transnacional debe ayudar a controlar el riesgo de violencia asociada con dichos cambios en esta remota y atribulada región.