La guerra entre Los Gaitanistas y el ELN ha confinado a miles de personas en un pueblo del departamento de Chocó, en Colombia, clave en las rutas de narcotráfico internacional.
La Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas en Colombia (OCHA) alertó sobre el confinamiento de miles de personas en el municipio de Bojayá, desde febrero de 2019, por temor a los combates que se han intensificado entre el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y Los Gaitanistas, también conocidos como Clan del Golfo, Urabeños y Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC).
Como consigna OCHA en su reporte “se ha evidenciado un aumento del número de comunidades confinadas, afectando aproximadamente a 2.778 personas” y además adhiere que “existe un aumento en la presencia del Ejército de Liberación Nacional (ELN) como de las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC), así como sus acciones armadas”.
Esto se da en un municipio de importancia estratégica dentro de Chocó ya que conecta con zonas fronterizas con Panamá al norte, así como con el departamento de Antioquia al este y municipios como Bahía Solano al oeste, el cual tiene costas en el Océano Pacifico.
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Lo anterior ha convertido a Bojayá en un punto medio dentro de las rutas del narcotráfico internacional, desde donde se puede mover droga hasta varios países en Centro América, por esto el pueblo ha estado en el centro del conflicto colombiano, como lo prueba la masacre de Bojayá en 2002, donde murieron más de 90 personas en medio de combates por el control de la zona entre grupos criminales.
Análisis de InSight Crime
La nueva oleada de combates entre el ELN y las AGC en Bojayá reafirma la importancia del municipio en las rutas de narcotráfico internacional, mientras sume a su población en el terror y la violencia.
Esta importancia se basa en las dos rutas narcotraficantes que lo atraviesan: el río Bojayá, que va de oriente a occidente y conecta a Vigía del Fuerte, en Antioquia, con Bahía Solano, municipio que sirve como puerto para el envío de cocaína por el océano pacifico.
Además, Bojayá también es atravesada de sur a norte por el río Atrato, el cual sirve como ruta para mover droga desde varias zonas de Chocó hasta municipios como Río Sucio y Carmen del Darién, los cuales tienen salida hacía Panamá al norte y al mar Caribe al noreste.
De hecho, OCHA en su reporte da cuenta que varias de las comunidades que se han confinado están en zonas rurales como Pogue, la cual hace parte de la ruta del río Bojayá y es cercana a Bahía Solano.
Por esto, el botín para el vencedor es el control de ambos ríos, los cuales permiten mover la droga hasta las costas en el Océano Pacifico y en el mar Caribe, desde donde se envía cocaína a Costa Rica y Panamá, así como hasta la frontera con Panamá, en la cual se puede mover droga con facilidad a través de la inhóspita selva conocida como el Tapón del Darién.
Por esto, no sorprende que el ELN y las AGC estén enzarzados en una guerra por controlar Bojayá. De hecho, el conflicto va más allá y se expande a las secciones finales de la ruta narcotraficante del Río Atrato: los municipios de Carmen del Darién y Riosucio.
Así, el que salga vencedor en esta lucha se haría de una zona extremadamente importante en Chocó y controlaría el movimiento de cocaína, lo cual le daría un ventaja estratégica y un poder económico superior al de los otros grupos criminales de la región.