Un grupo guerrillero colombiano presuntamente secuestró a once cultivadores de arroz y los mantiene como rehenes en Venezuela, una muestra de la intensifcación de la actividad miliciana a lo largo de la frontera, que tendría implicaciones para el proceso de paz que se está negociando.
De acuerdo con medios de noticias locales, el Ejército de Liberación Nacional (ELN) secuestró a once cultivadores de arroz que habían estado trabajando en el departamento de Arauca. Se dice que los agricultores son retenidos por el ELN al otro lado de la frontera con Venezuela, donde la guerrilla exige cuantiosos rescates a cambio de su liberación.
Los compañeros de los arroceros secuestrados dijeron que el ELN aumentó hace poco las tasas por extorsión que demandan, de unos 70.000 pesos colombianos (cerca de US$24) por hectárea a 300.000 pesos colombianos (cerca de US$100) por hectárea a los habitantes de Arauca, y hasta 600.000 pesos colombianos (cerca de US$200) por hectárea para quienes no sean de la zona.
Las fuentes, que pidieron mantener el anonimato por temor a represalias del ELN, declararon que los agricultores secuestrados no vivían en Arauca, pero trabajaban allí. Presuntamente fueron llevados por el grupo guerrillero cuando viajaban en la frontera a Venezuela para hacer los pagos de las extorsiones.
No es claro si las once víctimas fueron secuestradas en grupo o en circunstancias aparte. Las autoridades venezolanas no han comentado el tema en público, y los representantes de gobierno colombianos también han guardado reserva.
El gobernador de Arauca Ricardo Alvarado Bestene convocó a una reunión de seguridad de emergencia, cuyo resultado fue una declaración divulgada el 16 de agosto, donde se prometía que "las autoridades aumentarán sus estrategias militares para garantizar la seguridad y el derecho al trabajo". Alvarado también demandó la liberación de cualquier persona que haya sido secuestrada y condenó los actos.
Análisis de InSight Crime
El ELN tiene una presencia de larga data en Arauca y el vecino estado de Apure, en Venezuela. Pero el uso de territorio venezolano como refugio y base de operaciones por parte del grupo parece haber aumentado en los últimos años. Durante la investigación en campo realizada en 2011, InSight Crime se enteró de que era de conocimiento común en Arauca que el ELN tenía una "oficina" para el cobro de los pagos de extorsiones al otro lado de la frontera, en Apure.
Más recientemente, un reputado académico venezolano, Javier Tarazona, ha alertado que el ELN parece estar intensificando su propaganda y campañas de reclutamiento en comunidades rurales de Venezuela, cerca de la frontera con Colombia. El académico asocia esta evolución a la corrupción política y la crisis económica en estas zonas, que en su opinión anima a los funcionarios públicos y a residentes en problemas a cooperar con los grupos armados.
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Tarazona también indicó que los diálogos de paz en curso entre el gobierno colombiano y los dos principales grupos guerrilleros del país —el ELN y las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FARC)— pueden tener que ver con el notorio incremento de las actividades milicianas en Venezuela. Pese a los grandes problemas que se mantienen, los diálogos de paz con las FARC parecen estar cerca de un acuerdo definitivo, mientras que las negociaciones con el ELN tienen una base más incierta. La negativa del grupo guerrillero de dejar el secuestro de rehenes como condición previa para adelantar las conversaciones es un tema que frena el avance.
Los guerrilleros que optan por mantener las actividades ilegales que se espera dejen en caso de un acuerdo de paz pueden estar reubicando sus actividades en zonas donde las autoridades colombianas no tienen jurisdicción. Evidencia de esta dinámica también se ha observado recientemente en zonas de Ecuador cercanas a la frontera oriental de ese país con Colombia.