La harina de coca podría ser el próximo producto en utilizarse en el desesperado impulso de Bolivia por desarrollar un mercado legal para los productos de la coca, siguiendo las recomendaciones de un experto en política de drogas que dijo que el estimulante suave podía servir como una forma de tratar la adicción a las drogas.
En el IV Foro Internacional de la Hoja de Coca, realizado por el gobierno de Bolivia en La Paz, el experto en políticas internacionales sobre drogas, Martin Jelsma, del Transnational Institute, dijo que los adictos a la cocaína podrían ser un importante mercado de exportación para la harina de coca. Dijo que el uso de la harina de coca serviría como un estimulante alternativo más aceptable, que masticar hojas de coca, y se podría exportar más fácil que la hoja, informó EFE.
Jelsma también dijo que la introducción de productos como la harina de coca en el mercado podría ayudar a reducir el uso de drogas ilegales en general: "Ha sido muy difícil reducir el mercado internacional de estimulantes fuertes ilegales", pero se puede hacer "un intento de reconquista de ese mercado con estimulantes suaves, controlados, pero lícitos".
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Mientras tanto, el ex jefe antidrogas peruano, Ricardo Soberón, dijo a EFE que la exportación de hojas de coca y sus derivados legales de Bolivia a Perú, Ecuador y Argentina puede ser posible a través de tratados bilaterales celebrados con estos países.
Análisis de InSight Crime
El presidente boliviano, Evo Morales ha estado trabajando, con poco éxito, para fortalecer el mercado interno y externo de productos legales de coca, y la introducción de la harina de coca se ha convertido en su más reciente intento por hacerlo. El Presidente recientemente buscó vender té de coca a los socios regionales, y abrió una nueva planta de procesamiento de coca, subsidiada por el gobierno. No obstante, los productos introducidos previamente en el mercado boliviano no han tomado vuelo, y dos plantas de procesamiento de coca han sido cerradas debido a la falta de demanda de sus productos.
La falta de desarrollo de un mercado para los productos de la coca podría ser un problema para Morales, quien en el pasado ha recibido un importante apoyo político por parte de los productores de coca, pero quien también se ha tenido que enfrentar a la lucha contra el narcotráfico y la producción ilegal de coca. Los cocaleros han protestado contra los esfuerzos de erradicación, exigiendo la reclasificación de sus cultivos.
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Según las Naciones Unidas, Bolivia ha reducido la producción de coca por segundo año consecutivo. Sin embargo, Estados Unidos, que ha tenido roces con Bolivia en la lucha contra las drogas, y recientemente anunció el cierre de su oficina antidrogas en el país, sostiene que el potencial de producción de cocaína en Bolivia ha aumentado pese a la caída en la producción.