Un socio de Pablo Escobar fue asesinado en la segunda ciudad de Colombia, lo que permite suponer que había continuado traficando drogas durante mucho tiempo después de la caída del Cartel de Medellín.
José Antonio Ocampo, alias "Pelusa", fue asesinado en Medellín el 22 de abril, informó Semana. Al parecer, Pelusa había sido un socio importante del ya desaparecido Cartel de Medellín, de Pablo Escobar.
Pelusa había sido capturado por las autoridades colombianas en una finca de Necoclí, en el departamento de Antioquia, en diciembre de 1989. Según el New York Times, en ese momento la policía dijo que él era una de las figuras más importantes del Cartel de Medellín.
Según Ruta Noticias, Pelusa había sobrevivido a un atentado contra su vida por parte de Escobar en junio de 1992, después de lo cual se vinculó al tristemente célebre "Doce del Patíbulo", un grupo de narcotraficantes que se enfrentó al jefe del Cartel de Medellín hasta su muerte en diciembre de 1993.
Después de la caída del cartel, Pelusa permaneció en Antioquia, especialmente en la región de Urabá, al parecer relacionado con grupos paramilitares de extrema derecha y, finalmente, con Los Urabeños, que actualmente es la organización narcotraficante más poderosa de Colombia.
Los informes señalan que Pelusa fue baleado por hombres no identificados en una gasolinera en la Vía de Las Palmas, en Medellín. Según Noticias Caracol, el secretario de Seguridad de la ciudad, Gustavo Villegas, dijo que el hombre no tenía cuentas pendientes con la justicia actualmente.
Análisis de InSight Crime
El Cartel de Medellín se vio significativamente debilitado después de la muerte de Escobar en 1993, pero muchos de los socios del legendario narcotraficante continuaron operando muchos años después sin ser detectados por las autoridades. Al parecer, Pelusa fue uno de ellos.
Sin embargo, Pelusa no era una figura tan importante como Escobar. Era más bien un "invisible" —término con el que se suele identificar a los narcotraficantes veteranos que sobrevivieron a la caída de los carteles colombianos y continuaron trabajando con varios grupos del crimen organizado en el país—.
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Otros traficantes colombianos han utilizado la misma estrategia. Por ejemplo, Juan Carlos Mesa Vallejo, alias "Tom", pasó de ser un gánster de nivel medio en una organización criminal conocida como Los Chatas, a ser uno de los líderes de la Oficina de Envigado, considerada la sucesora del Cartel de Medellín. El Departamento del Tesoro de Estados Unidos cree que Tom es ahora el principal enlace entre la Oficina y Los Urabeños y que está encargado de manejar las relaciones entre los dos grupos.