Un testigo clave desapareció durante el juicio de varios miembros de la pandilla Barrio 18 acusados ??de llevar a cabo una masacre, en otro golpe a los esfuerzos para hacer frente a la impunidad rampante en Honduras.
El juicio contra tres hombres acusados ??de asesinar a 17 personas en 2010 fue suspendido luego de que un miembro de la pandilla, que se convirtió en testigo del estado, no se presentara para dar su testimonio como estaba previsto, y no pudo ser localizado por las autoridades, informó La Tribuna.
Según los fiscales, el testigo había participado en el homicidio, pero se volvió en contra de sus compañeros pandilleros para proporcionar información crítica acerca de la participación de los acusados. Pese a que ya había presentado testimonio por escrito, también se requería su presencia en el juicio.
Los demandados están acusados ??de asesinar a 17 personas en una fábrica de zapatos en septiembre de 2010. Según la verrsión de los hechos presentados en el juicio, los tres hombres llevaron a cabo los homicidios debido a que dos de los trabajadores estaban vinculados a la pandilla rival de la Mara Salvatrucha (MS13), y estaban vendiendo drogas en el territorio de Barrio 18.
El juicio está programado para reiniciarse el 8 de agosto.
Análisis de InSight Crime
La masacre de los 17 trabajadores es una de las peores atrocidades relacionadas con las pandillas de las cuales Honduras ha sido testigo, y una condena sería un golpe simbólico contra la impunidad en Honduras.
Esa condena sigue siendo una posibilidad debido al peso de la evidencia material: cuando fueron detenidos, los acusados ??supuestamente fueron encontrados en posesión de armas y el vehículo utilizado en la masacre. No obstante, el testimonio del testigo desaparecido fue visto como clave para el caso. Si vuelve a aparecer - que parece muy poco probable, sobre todo si sus ex compañeros de la pandilla lo han localizado - entonces podría ser fatalmente socavado.
Si los fiscales no logran obtener una condena después de llevar el caso tan lejos como un juicio - en sí misma una ocurrencia poco común en Honduras - esto representaría un nuevo revés en los intentos de hacer frente a la impunidad y la influencia de las pandillas en el país acosado por la violencia.