El testimonio en el juicio del autodenominado mano derecha del presunto traficante de drogas de El Salvador "Repollo" ha proporcionado una imagen del funcionamiento de las redes de transporte de drogas de Centroamérica y la cadena del tráfico que se extiende desde Colombia hasta Estados Unidos.
El traficante de drogas Franklin Ernesto Moza Larín, quien se convirtió en testigo del Estado, proporcionó un testimonio condenatorio en el juicio de Jorge Ulloa Sibrián, alias "Repollo", y otras 15 personas. Moza admitió su participación en 20 cargamentos de droga y dijo que actuó como el segundo al mando de la red de transporte del capo de la droga, informó La Prensa Gráfica.
Moza describió cómo la organización de tráfico de Repollo trabajó en colaboración con 11 "subestructuras", las cuales movieron cocaína colombiana desde Panamá hasta México. Según Moza, dos de estas células estaban en Panamá, una de las cuales estaba conformada por colombianos, tres operaban en Costa Rica, dos en Nicaragua, tres en Honduras -incluyendo el famoso clan los Valles- y una en Guatemala.
Cuando se le preguntó por qué eran necesarias tantas células, Moza respondió que era una política implementada por Repollo la cual les había permitido rotar las operaciones y desvíar de una mejor manera la atención de las autoridades.
Moza también detalla los pagos realizados a los transportistas. A la mayoría de los conductores se les pagaban US$100 por kilo de cocaína. Sin embargo, el pago se elevaba a entre US$200 y $300 por kilo al mover las drogas entre los municipios de Cárdenas y Ocotal en Nicaragua, una ruta que les permitía eludir el paso por la frontera de Peñas Blancas, entre Nicaragua y Costa Rica.
A principios de octubre, Repollo parecía estar listo para hacer un trato con los fiscales y declararse culpable de los cargos a cambio de una sentencia menos severa, pero los fiscales rechazaron los términos que ofrecía.
Desde entonces, no sólo sus exempleados se volcaron en su contra, sino que también lo han hecho los miembros de su propia familia, entre ellos su hija quien testificó por videoconferencia desde Estados Unidos.
Anáisis de InSight Crime
Repollo pasó de mover pequeñas cantidades de cocaína entre Nicaragua y Guatemala a convertirse en uno de los narcotraficantes más importantes de El Salvador. Dentro del país, construyó una red de gran alcance con conexiones con políticos, la policía y las pandillas.
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El testimonio en su juicio muestra cómo él también construyó contactos criminales transnacionales y relaciones con grupos de transporte de drogas en cada país por el que la cocaína pasó a través de Centroamérica, a medida que se movía desde los proveedores en Colombia hasta los carteles mexicanos que dominan el comercio.
Es poco probable que estas "subestructuras" estuvieran bajo el mando directo de Repollo. Sin embargo, si él podía influir en decisiones tales como cuáles redes se utilizarían para los envíos, como testificó Moza, entonces esto sugiere que él fue más allá de simplemente transportar drogas dentro de su país de origen para convertirse en un operador verdaderamente transnacional, por lo menos en un papel de coordinador.