Las autoridades de Paraguay han desmantelado una red de tráfico que tiene vínculos con funcionarios de una importante región productora de marihuana en la frontera con Brasil, una muestra más de la corrupción generalizada y sistemática que por mucho tiempo ha permitido que el país sea el principal productor de marihuana ilegal en Suramérica.
Nueve presuntos miembros de una red de tráfico de marihuana fueron arrestados el 1.° de agosto en Salto del Guairá, ciudad capital del departamento de Canindeyú, donde abundan los cultivos de marihuana, cerca de la frontera oriental de Paraguay con Brasil.
Según la fiscalía, la investigación de un año de duración que condujo a las capturas permitió identificar un "‘sistema de protección’ bien estructurado", conformado por funcionarios activos y en retiro de la policía, el ejército, la aduana y la fiscalía, quienes aceptaron sobornos del grupo de traficantes a cambio de que hicieran la vista gorda frente a los cargamentos de droga y alertaran a la red sobre las investigaciones y los allanamientos.
Durante la operación, las autoridades confiscaron documentos escritos donde constan los pagos de los sobornos, así como más de una docena de vehículos, varios barcos, armas semiautomáticas y casi 16 toneladas de marihuana valorada en unos US$8 millones.
Entre los detenidos se encuentra Flaviano Giménez, identificado como el presunto líder y principal financista del grupo de traficantes, su hijo y presunto segundo al mando, Flavio Junior Giménez Spaini, y el presunto transportista Jorge Daniel Zorrilla Vera.
Wilson Gauto Campuzano, fiscal auxiliar de la unidad de lucha contra las drogas de la Fiscalía General en Salto Guiará, fue arrestado por presuntamente aceptar coimas para proveerle información de inteligencia al grupo criminal. El exsoldado Jorge Daniel Zorrilla fue arrestado por presuntamente administrar el almacenamiento de las drogas.
A los hermanos gemelos Wilson Rubén Cáceres González y Wilson Darío Cáceres González, quien además es expolicía, se les imputa de ayudar a traficar las drogas por Canindeyú. Ambos permanecen fugitivos, según informó el medio de noticias paraguayo ABC Color.
Además, varios agentes de policía acusados de aceptar sobornos han sido despedidos.
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Según los investigadores, el esquema de tráfico involucraba el transporte de toneladas de marihuana desde una remota plantación a través de varias ciudades del departamento, pasando por las principales autopistas gracias al pago de sobornos. Una vez que los cargamentos de droga llegaban a la capital del departamento, Salto del Guairá, eran almacenados en una instalación cerca de la aduana local y luego eran trasladados a puertos clandestinos en el río Paraná. A partir de ahí, la marihuana era llevada por río hasta Brasil, a bordo de lanchas rápidas.
El fiscal Marcelo Pecci comentó a BBC Color que los investigadores se encuentran usando los documentos incautados, y que los sobornos constituyen un "gran rompecabezas" que les permitirán comprender la red y determinar si el grupo también utilizó su ruta, con la protección de los funcionarios, para traficar otros bienes de contrabando, como armas de fuego y cigarrillos.
Análisis de InSight Crime
La red de tráfico desmantelada recientemente en una de las principales regiones productoras de marihuana en Paraguay ilustra cómo la arraigada corrupción ha hecho del país el principal productor de marihuana en Suramérica y facilita el transporte de la droga a través de la frontera con Brasil.
Los agentes de la policía paraguaya suelen aceptar sobornos para ignorar o proteger activamente las plantaciones de cannabis y los cargamentos de droga que pasan por el país y atraviesan sus fronteras. En los últimos años, muchos políticos de nivel local y nacional también han sido acusados de participar en el tráfico de marihuana, y supuestamente hay jueces corruptos que han conseguido que los traficantes salgan impunes.
La administración del presidente paraguayo Horacio Cartes recientemente intensificó las actividades de erradicación y confiscación de marihuana, así como la cooperación con los países vecinos. Y sin embargo la producción parece estar en auge, en parte porque los agricultores carecen de alternativas, los funcionarios aceptan sobornos con frecuencia, y la venta de la droga para el consumo internacional es altamente lucrativa.
Brasil es de lejos el principal consumidor, y se estima que un 80 por ciento del cannabis ilegal de Paraguay está destinado al país vecino. Los recientes arrestos en la frontera entre Paraguay y Brasil llaman la atención sobre el papel integral que cumplen los funcionarios corruptos en la protección de la producción y el transporte de la droga. Esta profunda corrupción incluso parece estar allanando el camino para que la organización criminal más grande de Brasil, el Primer Comando Capital (PCC), se expanda en la región fronteriza e incluso en Asunción, la capital de Paraguay.