En 2014, Costa Rica registró su mayor número de homicidios en tres años, un fenómeno que las autoridades atribuyen a las disputas entre grupos rivales de narcotraficantes, a medida que aumenta la importancia del país como nación de tránsito de cocaína.
El país registró 471 homicidios el año pasado, en comparación con los 407 registrados tanto en 2012 como en 2013, informó Costa Rica Hoy. El aumento en la cantidad de homicidios estuvo impulsado por las disputas relacionadas con las drogas cerca de la frontera con Panamá, en los alrededores de la capital del país, San José, y en la provincia caribeña de Limón.
El ministro de Seguridad Pública de Costa Rica, Celso Gamboa, dijo a la cadena de noticias que en 2014 Costa Rica "sufrió el mayor número de muertes a causa del crimen organizado", mientras que los homicidios relacionados con asaltos y otros factores disminuyeron. El subdirector de la Fuerza Pública del país, Nils Ching, afirmó que alrededor del 40 por ciento de los homicidios atendidos por la policía estuvieron relacionados con ajustes de cuentas y disputas por drogas, informó La Nación.
El País informó que una de las zonas con el mayor número de homicidios fue Desamparados, al sur de San José, donde grupos criminales rivales han estado involucrados en un sangriento conflicto por el control de los mercados domésticos de drogas del centro del país. Un funcionario dijo a Costa Rica Hoy que la violencia se precipitó en parte por la captura de un jefe del crimen local.
Análisis de InSight Crime
Aunque históricamente Costa Rica ha sido ajena a la violencia que afecta a muchos de sus vecinos centroamericanos, el aumento en los homicidios indica que el país está comenzando a experimentar los daños colaterales causados por el tráfico de drogas y el creciente uso de las costas del país como punto para el desembarque de drogas.
Las organizaciones de narcotraficantes parecen estar aprovechándose de la ubicación estratégica de Costa Rica y de su relativa inexperiencia en la lucha contra el crimen organizado transnacional para aumentar el papel del país como punto de trasbordo. En 2013, Costa Rica registró un aumento de más del 30 por ciento en las incautaciones de cocaína, y en junio de 2014 el país presenció lo que, según los informes, habría sido la mayor incautación de cocaína en su historia.
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El consecuente aumento en la violencia es consistente con el patrón observado en otros países de la región, donde un aumento en los envíos de drogas ha llevado al crecimiento y sofisticación de los grupos locales y a batallas por el control de los mercados domésticos de drogas. En Costa Rica ha habido indicios de que los grupos locales están aumentando su participación en el tráfico de drogas; en efecto, en noviembre el fiscal de Costa Rica dijo que los carteles mexicanos de la droga estaban suministrando armas a grupos costarricenses.
Como lo demuestra la situación en Desamparados, Costa Rica también parece estar aprendiendo una lección que las autoridades mexicanas ya tienen clara: en lugar de disminuir los homicidios, sacar de la ecuación a los líderes criminales en realidad puede conducir a un aumento de la violencia, pues las facciones rivales se disputarán el control de la empresa criminal.