Recientemente han surgido informes sobre aparentes fricciones al interior de una de las organizaciones narcotraficantes más poderosas del Hemisferio Occidental. Pero aunque es posible que sus líderes estén divididos, este grupo sigue siendo una grave amenaza, dada su expansión por toda Colombia.
Un reciente informe ha dado indicios sobre la supuesta división entre los dos principales jefes de la organización colombiana Los Gaitanistas, también conocidos como Clan del Golfo, Urabeños y Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC): el cabecilla Dairo Antonio Úsuga, alias "Otoniel", y Roberto Vargas Gutiérrez, alias "Gavilán".
"Otoniel se distanció de su segundo hombre al mando [...] 'Gavilán', hace más de un año, cuando surgieron rumores de que [Otoniel] se iba a entregar a las autoridades estadounidenses", le dijo a El Tiempo una fuente que participa en las operaciones contra la estructura criminal. Según la fuente, en ese momento Gavilán "afirmó que asumiría el liderazgo de la organización".
Al parecer, esto provocó que Otoniel empezara a desconfiar de Gavilán, y el máximo líder decidió poner a su sobrino, alias "El Mocho", a cargo de los principales cargamentos de cocaína. Esto incluye, según la policía, un cargamento de 9,3 toneladas métricas de cocaína, que fue incautado en el mes de mayo de 2016, aunque inicialmente se informó que Gavilán era el responsable de este cargamento.
Cuando las autoridades confiscaron este enorme alijo, Otoniel se dio a la búsqueda de informantes dentro de su organización, lo que al parecer condujo al asesinato de unas 20 personas.
Análisis de InSight Crime
Aunque el liderazgo de las AGC puede estar atravesando por un momento de inestabilidad, la organización, que alrededor de 2012 se convirtió en el grupo criminal dominante en Colombia, sigue siendo un actor que no se puede desestimar.
Además de las fracturas internas, los cabecillas de la organización han debido enfrentar los grandes esfuerzos de los organismos de seguridad para capturarlos. Hace más de dos años, Colombia lanzó contra las AGC la que se ha considerado como la mayor operación policial en la historia del país: la Operación Agamenón. Aunque comenzó con más de 1.000 hombres, dicha operación se ha reducido y actualmente cuenta con unos 300 hombres.
El golpe más grande que la Operación Agamenón le ha dado a la organización fue el asesinato, en marzo de 2016, de Jairo Durango Restrepo, alias "Gua Gua", del grupo de dirigentes de la organización. Además, casi mil presuntos miembros de las AGC han sido capturados.
Pero Otoniel, (el criminal más buscado de Colombia), y sus socios más cercanos continúan evadiendo a las autoridades.
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Los fiscales le dijeron a InSight Crime el año pasado que Otoniel se encuentra oculto en el corazón de la selva de Urabá, en la costa Caribe. Él ha logrado evadir su persecución absteniéndose de usar dispositivos tecnológicos y escondiéndose en las comunidades indígenas, donde las fuerzas del Estado no están autorizadas para llevar a cabo bombardeos aéreos contra él. Los bombardeos contra los grupos criminales, y no contra las organizaciones insurgentes, fue aprobado en el año 2015.
Pero incluso si los comandantes de las AGC son atrapados por las autoridades, la estructura de franquicias del grupo hará que las operaciones de las células locales no sea ven seriamente afectadas. De hecho, el grupo continúa mostrando signos de su poder mediante su violenta expansión y sus prolíficas exportaciones de drogas.
Sin embargo, si la dirigencia del grupo se fractura por completo, las operaciones de las AGC podrían sufrir las repercusiones del intensificado conflicto intestino.