El Gobierno de Uruguay ha lanzado una campaña de concientización pública en un intento de influir en la opinión pública a favor de una iniciativa para legalizar la marihuana, en lo que dice es un intento de reducir la violencia relacionada al narcotráfico.
El plan fue propuesto por primera vez el año pasado por el Presidente José Mujica, y desde entonces ha evolucionado a partir de su forma original, que abogaba por un monopolio estatal sobre la venta y la producción de la planta.
El plan permite ahora la creación de cooperativas de marihuana privadas, o "clubes con membresía", que se regirán por el Instituto Nacional del Cannabis.
Se esperaba que el proyecto de ley fuera aprobado el año pasado, pero Mujica no lo sometió a votación después de que una encuesta revelara que el 64 por ciento de la población se oponía. Mujica se retractó, afirmando que la opinión pública debe coincidir con la iniciativa y que la educación era necesaria.
A partir de esta semana, el Consejo Nacional de Drogas estará presentando debates y discusiones para llamar la atención sobre los supuestos beneficios de la iniciativa.
Análisis de InSight Crime
La administración de Mujica está en parte presentando el debate de la legalización de la marihuana como una manera de luchar contra el aumento de la violencia causada por el narcotráfico. El año pasado fue el año más violento registrado en Uruguay, con 8,71 homicidios por cada 100.000 habitantes, un incremento del 45 por ciento en comparación con 2011.
No obstante, con la marihuana ya despenalizada, el comercio no parece estar alimentando significativamente el aumento de la violencia, que probablemente está más relacionado con un mercado interno de cocaína en expansión y el uso del país como punto de embarque para las organizaciones criminales transnacionales.