El largo proceso de legalización de la producción de la marihuana en Uruguay continúa avanzando bajo la atenta mirada de otros países en la región que están considerando tomar medidas similares.
Desde el 29 de agosto, 54 individuos han sido registrados para cultivar legalmente hasta seis plantas de cannabis en sus casas en Uruguay, informó el diario español El País. Para recibir esta licencia, los individuos sólo tuvieron que presentar su identificación y probar su residencia.
Adicionalmente, 22 compañías están compitiendo actualmente para ganar una de las cinco licencias del gobierno para producir marihuana comercialmente. Estas compañías –de las cuales ocho son uruguayas, diez extranjeras y cuatro de integración mixta- distribuirán el producto a farmacias. Las licencias de cinco años, que las compañías podrán renovar, requieren que los productores comerciales cultiven más de una tonelada de marihuana al año.
Sin embargo, ha habido varios retrasos en la implementación de la ley. Se espera que las compañías seleccionadas empiecen a cultivar en noviembre.
Análisis de InSight Crime
El registro de más de 50 individuos demuestra que a pesar de los considerables retrasos y oposiciones a la legislación entre los uruguayos, el gobierno sigue adelante con sus planes de legalizar el cultivo y el consumo de la marihuana para uso recreacional.
La legislación de Uruguay es ampliamente observada como un caso de prueba para otros países de la región que están considerando soluciones alternativas al problema de las drogas ilícitas. A pesar del creciente consenso en Latinoamérica de que las drogas deberían ser tratadas como un problema de salud pública, muchos sistemas de justicia penal aún hacen cumplir medidas punitivas contra los consumidores, incluso en países donde se ha descriminalizado el uso personal de la droga.
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Según el presidente José Mujica, uno de los principales objetivos de la legalización de la marihuana es combatir el tráfico en la región. Sin embargo, dados los relativamente altos niveles de seguridad de Uruguay, los efectos de la legalización de la marihuana en el crimen organizado no necesariamente van a ser un indicativo de resultados para los países con grupos criminales más establecidos como Colombia y Guatemala, los cuales también han hecho un llamado a adoptar políticas de drogas más laxas.
Además, es poco probable que los grupos narcotraficantes sean afectados por la legalización de la marihuana en Uruguay, debido al pequeño tamaño de su mercado doméstico de drogas. Sin embargo, si la marihuana fuera legalizada en países con mercados mayores, el impacto sería más significativo para los carteles internacionales del narcotráfico.
Una reciente investigación de campo de InSight Crime en la frontera de Paraguay con Brasil encontró que el 70 por ciento de la producción de marihuana que sale de Paraguay –el mayor productor de marihuana en Suramérica- se dirige hacia el consumo en Brasil. Si Brasil llegara a legalizar el consumo y la producción de marihuana, los precios regulados por el gobierno probablemente serían más baratos y tendrían un impacto severo en el tráfico de drogas en el Cono Sur.