Las autoridades de Estados Unidos han acusado a un excongresista venezolano de servir como intermediario entre el gobierno de Maduro, Hezbolá y Hamas, lo que aumenta la controversia por las recurrentes aunque aún poco sustentadas acusaciones de tratos entre Venezuela y militantes de Oriente Medio.
El Departamento de Justicia de Estados Unidos anunció los cargos el 27 de mayo, alegando que Adel El Zabayar “participó en negociaciones de intercambio de armas por cocaína con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), obtuvo en Oriente Medio lanzacohetes antitanque para las FARC como pago parcial por cocaína, y reclutó terroristas de Hezbolá y Hamas con el propósito de ayudar a planificar y organizar ataques contra los intereses de Estados Unidos”.
Una denuncia criminal adjunta señala que El Zabayar acompañó al expresidente Hugo Chávez en un viaje a Oriente Medio en 2009, en el que se reunieron con el líder sirio Bashar Al-Assad. En 2013, El Zabayar viajó a Siria, donde, según CNN, expresó su intención de luchar junto a las fuerzas de Assad, aunque se desconoce si realmente participó en algún combate. Posteriormente, dio entrevistas a Al Manar, la estación de televisión de Hezbolá, en las que denunciaba el “imperialismo yanqui” .
VEA TAMBIÉN: ¿Espaldarazo de Hezbolá a Maduro en Venezuela confirma vínculos con el grupo criminal?
La acusación agrega que El Zabayar fue enviado más tarde a Oriente Medio para obtener armas de guerra y reclutar militantes de Hamas y Hezbolá para su entrenamiento en Venezuela. Las armas fueron supuestamente entregadas a las FARC por El Zabayar por órdenes de uno de los pilares del régimen, Diosdado Cabello, en pago por la cocaína suministrada a la organización de narcotráfico vinculada al Estado venezolano conocida como Cartel de los Soles.
El Zabayar, quien actualmente es presidente de la Federación de Entidades y Asociaciones Árabes de Venezuela, rechazó las acusaciones, calificándolas de “infamias” en una publicación en Twitter.
Hezbolá, Hamas y las FARC figuran como “Organizaciones Terroristas Extranjeras” en la lista de la Oficina de Contraterrorismo de Estados Unidos.
Análisis de InSight Crime
Aunque la acusación contra El Zabayar es más detallada que alegatos anteriores, aún no hay evidencia incontrovertible de los supuestos vínculos entre funcionarios venezolanos y organizaciones como Hezbolá o Hamas.
Las aseveraciones centrales se basan en testimonios de fuentes anónimas, y por lo tanto no pueden ser verificadas. Además de las “negociaciones de intercambio de armas por cocaína”, la parte más llamativa de la acusación es que El Zabayar trató de “reclutar terroristas [...] para planificar y organizar ataques contra los intereses de Estados Unidos”. Sin embargo, no se ofrecen detalles sobre cómo operaba la supuesta red de reclutamiento de El Zabayar, o si algún militante realmente recibió entrenamiento en Venezuela o con qué propósito específico.
La acusación contra El Zabayar, que se presenta tras varios cargos de narcotráfico por parte de Estados Unidos contra el círculo cercano de Maduro, parece tener la intención de presionar al gobierno venezolano.
Estas no son las primeras acusaciones que se hacen sobre la presunta colaboración de Venezuela con militantes de Oriente Medio, especialmente con Hezbolá. En febrero de 2019, el Secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, afirmó, en una entrevista con Fox Business, que Hezbolá tenía células activas al interior de Venezuela, pero en dicha ocasión tampoco dio detalles específicos.
VEA TAMBIÉN: Verificando las denuncias sobre la emisión de pasaportes venezolanos a terroristas
En abril de 2018, un informe de la Fundación para la Defensa de las Democracias (Foundation for the Defense of Democracies), un centro de estudios de derechas, se refirió a “operadores de Hezbolá enviados a América Latina para dirigir el contrabando de drogas, el trasiego de armas y el lavado de dinero”.
En febrero de 2017, una carta firmada por 34 legisladores estadounidenses señalaba que el entonces vicepresidente, Tareck El Aissami, había estado involucrado en el suministro de pasaportes a 173 personas de Oriente Medio, incluidos presuntos miembros de Hezbolá y Hamas.
Las acusaciones de fraude de pasaportes son plausibles, dada la larga historia de dichos esquemas en América Latina, y no se limitan exclusivamente a Venezuela. Ha habido informes anteriores de miembros de Hezbolá que han recibido documentos falsos a través de Belice, por ejemplo. Pero ese tipo de pasaportes no le sirven a nadie para entrar a Estados Unidos, pues además se necesita una visa válida. Desde octubre de 2017, a los venezolanos se les prohíbe en gran medida el ingreso a Estados Unidos.
Las acusaciones sobre el apoyo de El Aissami a Hezbolá fueron repetidas más tarde por el exjefe de seguridad venezolano, Hugo Carvajal, después de huir de Venezuela en 2019. Carvajal declaró que El Aissami también había acompañado a Chávez en su viaje de 2009 a Oriente Medio, con el objetivo de reclutar militantes de Hezbolá.
Los cargos de tráfico de drogas y conexiones de lavado de dinero son verosímiles, dados los bien establecidos vínculos comerciales, tanto lícitos como ilícitos, entre Venezuela e Irán. Y dos sospechosos de lavar dinero desde la triple frontera de Paraguay, Argentina y Brasil fueron acusados, arrestados y extraditados hace poco para enfrentar juicio en Estados Unidos por, entre otras cosas, blanquear dinero para Hezbolá
Pero las acusaciones de "narcoterrorismo", expresadas en la reciente acusación estadounidense, aún carecen de evidencia verificable.