El presidente de Venezuela Nicolás Maduro anunció la creación de un nuevo cuerpo de fuerzas especiales para combatir a los grupos neoparamilitares colombianos que operan en Venezuela, una estrategia que podría ser vista como una jugada política.
Maduro afirmó que la nueva unidad militar combatirá a los grupos criminales colombianos denominados “Bacrim” por las autoridades colombianas, los cuales estarían “atacando a Venezuela desde Colombia”.
Esta decisión se presenta apenas días después de que un operativo policial realizado a nivel nacional arrojara evidencias que sugerirían que en el país hay “instalados” grupos paramilitares colombianos. Maduro afirmó que la unidad especial abordará asuntos específicamente relacionados con “la amenaza paramilitar, criminal del narcotráfico y de la penetración que ha venido desde el exterior”.
Al otro lado de la frontera, una ONG colombiana ubicada en la ciudad fronteriza de Cúcuta condenó recientemente el involucramiento de nacionales venezolanos en las actividades realizadas por las Bacrim en la frontera entre los dos países. La ONG denunció que algunas Bacrim como Los Rastrojos o Los Urabeños estarían reclutando venezolanos sitemáticamente para crecer sus filas y apoyar sus actividades.
La frontera colombo-venezolana ha estado plagada por el contrabando desde hace algún tiempo, lo cual la ha convertido en una zona propicia para las operaciones de las Bacrim. Los estrictos controles a la tasa de cambio y a los precios en Venezuela han incentivado el contrabando en la región, pues los contrabandistas pueden vender los bienes producidos en Venezuela a precios mucho más altos en Colombia.
Análisis de Insight Crime
Esta no sería la primera vez que Venezuela culpa a Colombia de ser la causante de sus problemas relacionados con el crimen organizado. Adicionalmente, teniendo en cuenta las presiones que enfrenta para abordar la descontrolada situación de seguridad en Venezuela, el anuncio de Maduro puede ser visto como una jugada política más que como una estrategia de seguridad cuidadosamente planificada. Si bien las Bacrim colombianas han estado involucradas en acciones criminales a ambos lados de la frontera, es poco claro si estas situciones realmente requieren de la creación de una unidad militar especializada para combatirlas.
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Tanto Colombia como Venezuela harían bien en mejorar su cooperación bilateral en los temas relacionados con la violencia transfronteriza, el tráfico de drogas y el contrabando. Sin embargo, la relación entre los dos países ha sufrido tensiones regularmente. En 2014, la situación se deterioró hasta el punto que Venezuela incluso llegó a cerrar las fronteras en algunas noches.