El informe elaborado por el inspector general del Departamento de Justicia de Estados Unidos sobre la operación “Rápido y Furioso” en contra del tráfico de armas, resultó en el retiro de Kenneth Melson, ex director en funciones de ATF, y la renuncia de Jason Weinstein, diputado asistente de la fiscalía general.
La Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF), junto con la Fiscalía de Estados Unidos, fueron señalados como los principales responsables del fracaso de la operación "Rápido y Furioso", cuyo proposito era rastrear armas destinadas a grupos criminales en México. Sin embargo se terminaron perdiendo unas 2,000 armas. Se les acusa de haber sido incapaces de rastrear las armas y de no haber tomado ninguna acción en contra de los compradores de las armas. Adicionalmente, el reporte recomienda que el Departamento de Justicia revise la actuación de 14 funcionarios y considere la aplicación de un sanción disciplinaria.