Un nuevo índice publicado recientemente, que clasifica a los países en donde los asesinatos a periodistas tienen más probabilidades de quedar impunes, nombra a tres países de Latinoamérica en la lista de los peores culpables, mientras las medidas de la región para contrarrestar el problema aún no producen resultados.
El Índice de Impunidad Global para 2014, del Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés) compila casos a nivel mundial sobre asesinatos de periodistas no resueltos entre 2004 y 2013, comparando las cifras de cada país con su población para producir una clasificación. Cualquier nación con cinco o más casos no resueltos es colocada en el índice final (vea la tabla de estadísticas del CPJ, abajo), en donde aparecen México, Colombia y Brasil.
De los tres países, México es el peor clasificado, ocupando el séptimo lugar a nivel mundial -la misma posición que ocupó en el índice de 2013. A lo largo de la década analizada por el nuevo informe, los asesinatos de 16 periodistas quedaron impunes, con uno más en 2014. "La justicia continúa evadiendo a los periodistas mexicanos, quienes sufren una incesante violencia por informar sobre la delincuencia y la corrupción", señaló el CPJ. En particular, de las seis naciones ubicadas por encima de México en la lista, tres -Irak, Siria y Afganistán- son esencialmente zonas de guerra, mientras que una cuarta, Somalia, es ampliamente considerada como un Estado fallido.
Colombia pasó del quinto al octavo lugar, aunque el CPJ dijo que esto tenía poco que ver con la justicia -nadie ha sido condenado por matar a un periodista desde 2009- y en su lugar estuvo relacionado con una disminución general en la violencia contra la prensa. Con el período de prueba de diez años avanzando un año, la mejoría en el desempeño de Colombia se debe esencialmente a dos casos que se salen del período del estudio.
Brasil se ubicó en el puesto 11, donde la solución de tres casos de asesinatos de periodistas en 2013 se vio compensado por tres asesinatos más que no fueron no resueltos, esbozando una situación de "esporádicos pero significativos avances en la apertura de procesos judiciales contra los asesinos de periodistas eran comparados con los nuevos casos de asesinato".
Análisis de InSight Crime
La violencia contra los periodistas es un problema importante en Latinoamérica, que a menudo resulta en la autocensura. Colombia y México -donde el crimen organizado está profundamente arraigado- han sido lugares notoriamente peligrosos para los periodistas, mientras que Brasil ha visto una escalada de la violencia contra la prensa en los últimos años.
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El asesinato de periodistas ha provocado a menudo llamados a una mayor acción por parte del gobierno para abordar el problema.
En Brasil, se han tomado medidas para aumentar las penas para los asesinos por encargo, aunque el CPJ ha criticado la falta de acción efectiva del país, en medio de medidas "princialmente retóricas" para proteger a los medios de comunicación.
En otros lugares, el CPJ ha elogiado los esfuerzos para combatir la violencia contra los periodistas, como en el caso de la legislación aprobada en México en abril de 2013 para dar a las autoridades federales una jurisdicción más amplia para perseguir los crímenes contra la libertad de expresión.
Sin embargo, aunque la respuesta puede variar de un país a otro, la realidad de los periodistas en la región ha cambiado poco, ya que la voluntad política para afrontar eficazmente el problema sigue siendo escasa.