Un año después de la captura del legendario narcotraficante Joaquín "El Chapo" Guzmán, la violencia en el territorio del Cartel de Sinaloa en México no ha aumentado como se temía, mientras continúa sin respuesta la pregunta persistente sobre su extradición a Estados Unidos.
Varios funcionarios mexicanos conmemoraron el aniversario de la captura de El Chapo el 22 de febrero de 2014, afirmando que la violencia en los bastiones del Cartel de Sinaloa ha disminuido, lo cual aplaca las preocupaciones de que la captura del capo de la droga resultaría en un derramamiento de sangre.
Genaro García Castro, secretario de Seguridad Pública de Sinaloa, dijo que la violencia en el estado ha disminuido, una declaración compartida por un subprocurador estatal.
Tales afirmaciones están respaldadas por datos oficiales del gobierno, que entre 2013 y 2014 registró una caída de 18 por ciento en los homicidios dolosos en Sinaloa, pasando de 1.208 a 986. Los estados de Chihuahua y Baja California, también bastiones del Cartel de Sinaloa, experimentaron reducciones similares en los homicidios, cayendo 25 y 8 por ciento respectivamente.
El año pasado, agentes federales arrestaron a El Chapo —el líder del Cartel de Sinaloa y el narcotraficante más buscado del mundo— en la ciudad turística de Mazatlán, al noreste de México.
Sin embargo, su arresto parece haber tenido un efecto mínimo en las operaciones del Cartel de Sinaloa, pues los niveles de incautación de drogas se han mantenido estables y la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA por sus iniciales en inglés) sólo ha informando sobre pequeños cambios en la forma en que el cartel opera, informó The Guardian.
A finales de enero, el gobierno de Estados Unidos supuestamente presentó una solicitud formal de extradición para El Chapo, quien es buscado por varios tribunales de Estados Unidos por cargos como tráfico de drogas, lavado de dinero, extorsión, secuestro y asociación ilícita para cometer homicidios.
Hasta la fecha el gobierno mexicano no ha respondido a la solicitud, y aún no es claro si lo hará o no.
Análisis de InSight Crime
La captura de El Chapo —a quien algunos consideraban el narcotraficante más poderoso de la historia— fue un acontecimiento importante que generó temores por el incremento de la violencia como resultado de un cambio significativo en el equilibrio del hampa mexicano.
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De hecho, la detención o muerte de los máximos líderes de los carteles de drogas frecuentemente han llevado a un creciente derramamiento de sangre, debido a la crisis de sucesión que generalmente toma lugar dentro de las organizaciones criminales.
Sin embargo, la disminución de los niveles de homicidios en las sedes de operación del Cartel de Sinaloa indica que no ha ocurrido lo que muchos temían. Esto puede ser en parte una muestra de la capacidad del cartel para funcionar como un "junta directiva", capaz de continuar con sus negocios y reorganizar su liderazgo sin demasiada agitación, a pesar de la pérdida de El Chapo.
Aun así, no se sabe si el grupo mantendrá su estabilidad actual. La posible extradición de El Chapo a Estados Unidos —o que él decida declarar contra sus antiguos compañeros— podría ser un factor determinante para el futuro de las tensiones internas del Cartel de Sinaloa.