Un nuevo informe del Banco Mundial afirma que hay una correlación entre las tasas de homicidios y el número de jóvenes desempleados en el auge de la guerra contra las drogas en México, un recordatorio diciente de que una mejora en la seguridad pública requiere algo más que una reforma a la justicia penal.
El informe (pdf) recientemente divulgado analiza los riesgos que enfrentan los "ninis", término usado para describir a los jóvenes que no estudian ni hacen parte de la fuerza laboral activa, en Latinoamérica. Usando datos de encuestas de empleo nacionales de México, el estudio concluye que no existe una correlación entre el número de ninis y las tasas de homicidios entre 1995 y 2013.
Pero sí existe una correlación positiva y significativa, concluye el estudio, entre la tasa de ninis y el número de asesinatos entre 2008 y 2013, cuando llegó a su pico la violencia por la guerra contra las drogas en México (ver el gráfico). La correlación se hace más fuerte cuando sólo se consideran los estados fronterizos mexicanos, punto focal de la violencia de los carteles a finales de la primera década del siglo y comienzos de la del 2010.
Análisis de InSight Crime
Al analizar cómo mejorar la seguridad pública en México, y, por supuesto, en el resto de Latinoamérica, la conversación tiende a centrarse en unos cuantos tópicos claves, como la reforma a los cuerpos de policía y la lucha contra los grupos criminales. El estudio del Banco Mundial alerta contra la adopción de una estrategia tan miope para resolver los patrones de violencia.
"El informe sólo reafirma lo que ya sabemos, que la violencia no es un problema de orden público, es un problema de oportunidades”, señaló a Insight Crime Viridiana Ríos, investigadora asociada del Woodrow Wilson Center en Washington DC.
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La falta de oportunidades que atiza la violencia puede incluir la falta de empleo, pero no se limita necesariamente a eso. Según Ríos, México tiene en realidad un índice de desempleo menor que el de Estados Unidos, Canadá y España, pero la académica señala que las oportunidades laborales para los pobres en México no conllevan la promesa de movilidad económica que buscan estos ambiciosos jóvenes. Como resultado, dice, los jóvenes asertivos que se encuentran en el extremo más bajo del espectro económico tienen más probabilidades de recurrir al narcotráfico, donde las ganancias potenciales son casi ilimitadas.
"Cuando se mira el perfil de los narcotraficantes... son jóvenes ambiciosos que no aceptarían cualquier empleo", dice Ríos. "Debe ofrecérseles empleos que permitan a la gente ascender en la escala social. Y eso es lo que nos falta".
Aunque es responsabilidad de la justicia penal brindar seguridad pública, no es sólo el sector gubernamental el que tiene una tarea por cumplir. Implementar reformas educativas, por ejemplo, para que más jóvenes de la clase trabajadora de México estén en una posición sólida al ingresar al mundo laboral no sólo haría que la población nini en México bajara; también podría derivar en menos crimen y violencia.