La guerra contra las drogas en México ha provocado un aumento del 30 por ciento en las enfermedades mentales en la población del país, según un reconocido psiquiatra, destacando los efectos menos conocidos del crimen organizado.
María Elena Medina Mora, directora del Instituto Nacional de Psiquiatría de México, dijo al diario La Jornada que la violencia y el secuestro - junto con el aumento en el consumo nacional de drogas - habían provocado un cambio tangible en la salud mental de las personas.
Aunque no ha facilitado información para corroborar la cifra del 30 por ciento, Medina Mora señaló una duplicación de la tasa nacional de suicidio entre 1990 y 2011. La tasa se había casi que triplicado para las personas de edades comprendidas entre los 15 y 19 años, agregó. Los secuestros se asocian particularmente como causantes principales de estrés post-traumático, dijo la doctora, que a menudo causa depresión y llevó al suicidio en los casos más graves.
Análisis de InSight Crime
Probablemente, uno de los retos a los que México se enfrentará en los próximos años es evaluar el verdadero alcance del efecto psicológico que dejó la guerra contra las drogas. Aparte de secuestros permanentes, tiroteos, y otras muestras muy públicas de la violencia, muchos mexicanos deben hacer frente a la cuestión de qué pasó con amigos y familiares que han desaparecido. La Procuraduría General de la República ha estimado que más de 26.000 personas fueron reportadas como desaparecidas entre 2006 y 2012.
Aparte de tratar a los miembros de las fuerzas de seguridad, México también se enfrentará al reto de evaluar el impacto psicológico de la violencia del narcotráfico en los trabajadores civiles. Los periodistas y otros empleados de los medios de comunicación, en particular, pueden ser vulnerables al estrés post-traumático. La investigación realizada por el psiquiatra canadiense Anthony Feinstein encontró que una proporción significativa de los periodistas mexicanos sufrió de trastornos psicológicos, en niveles semejantes observados en los corresponsales de guerra, pero con una diferencia clave. "A diferencia del grupo de la guerra, que viajan dentro y fuera de peligro, la mayoría de los periodistas mexicanos... viven y trabajan en zonas donde la violencia es endémica", dijo Feinstein a la BBC. "No hay descanso del peligro."