El ansiado afloje de las pandillas al bloqueo del suministro de combustible en Haití puede ser apenas transitorio, lo que vuelve a poner en evidencia el grado de gobernanza criminal que han ganado estas organizaciones criminales.
La mayor terminal petrolera del país, la Terminal Varreux, pudo reanudar la distribución de combustible por primera vez en casi un mes, luego de que las pandillas bloquearan el flujo de crudo. El 12 de noviembre, unos 70 camiones hicieron fila para cargar gasolina, que se necesitaba con desespero para mantener en funcionamiento servicios de emergencia, hospitalarios y de energía en Haití.
La reapertura sigue al anuncio de una tregua entre la alianza de pandillas, G9 an fanmi (G9 y familia), y el gobierno local en Cité Soleil, distrito de la capital, Puerto Príncipe.
Los detalles de las concesiones dadas a las pandillas no se divulgaron, pero su líder Jimmy Chérizier, alias “Barbecue”, había exigido anteriormente el retiro de las fuerzas de gobierno de la zona y la renuncia del primer ministro Ariel Henry.
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El fin negociado del bloqueo ocurre tras fallidos intentos del gobierno por reabrir la instalación, lo que incluyó un corredor de seguridad para proteger los camiones cisterna frente a las emboscadas.
El bloqueo de la Terminal Varreux hizo parte de un esfuerzo coordinado de los grupos criminales para restringir el acceso al combustible en todo Haití, con el fin de desestabilizar el gobierno. La crisis demostró ser potencialmente fatal, pues la disfuncional red eléctrica de Haití depende de generadores a gasolina para apoyar el suministro eléctrico intermitente.
En una conferencia de prensa el día de la reapertura de la instalación, Chérizier hizo énfasis en que reanudarían los bloqueos si no renunciaba el primer ministro Henry. A esto se suma que el acuerdo sólo se extiende hasta el 18 de noviembre.
Análisis de InSight Crime
Pese a ser un alivio muy bien recibido a una escasez fatal, el alto transitorio a los bloqueos de combustible es una muestra del verdadero poder de Chérizier en Haití y podría alimentar mayores ambiciones políticas.
Tras el magnicidio del presidente Jovenel Moïse, Chérizier comenzó a presentarse a sí mismo y a sus hombres como parte de un movimiento revolucionario, esgrimiendo la memoria del presidente asesinado contra sus enemigos.
Los bloqueos son un instrumento político y financiero eficaz en esta disputa. En repetidas ocasiones, Chérizier ha exigido la renuncia de Ariel Henry y aunque este no ha cedido en demandas de esa envergadura, los bloqueos le reportan cómodos sobornos al líder pandillero.
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Son muchas las treguas de este tipo que ha vivido Haití con diversos bloqueos impuestos por distintas pandillas. Ninguno de ellos se aleja de la táctica de secuestrar servicios esenciales para forzar negociaciones.
Luego del devastador terremoto del 14 de agosto, las pandillas de Haití levantaron un bloqueo en Martissant que impidió la llegada de asistencia humanitaria, para lo cual recurrieron incluso al uso de francotiradores para detener a las organizaciones humanitarias. Un acuerdo similar puso fin a este bloqueo, pero no impidió que las pandillas repitieran esa táctica en la actual crisis de combustible.
La Terminal Varreux también ha atravesado por el aflojamiento y reanudación de bloqueos, entre ellos el de hace unos meses, cuando Chérizier permitió la reapertura de la terminal luego de negociaciones con el gobierno. Aunque no se ampliaron los detalles del acuerdo, la pandilla había exigido el pago de US$100.000.