La pandemia no ha hecho nada para reducir los enfrentamientos entre actores criminales en Colombia, con un aumento de la violencia a principios de 2021, lo que ha disparado el número de personas que huyen de sus hogares.
Entre enero y marzo de este año, los desplazamientos en Colombia han aumentado un 101 por ciento, respecto al mismo periodo del año 2020. Así lo advirtió la Oficina de la ONU para Asuntos Humanitarios (OCHA, por sus siglas en inglés), en su reporte de junio.
De acuerdo con el reporte, el 80 por ciento de los casos de desplazamiento se debe a enfrentamientos entre grupos criminales o amenazas de los mismos, dejando a 29.252 personas desplazadas, en su mayoría de la región Pacífico y el noroccidente del país, en los departamentos de Nariño, Antioquia y Cauca.
Sólo una fracción de los desplazados, 5.415 personas en total, habían podido regresar a sus hogares en junio de 2021.
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En las tres regiones priorizadas por el reporte de OCHA confluyen varios grupos criminales, entre ellos, el Ejército de Liberación Nacional (ELN), las disidencias de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) como la Segunda Marquetalia, además de Los Urabeños, también conocidos como las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC).
El historial de economías criminales y el narcotráfico en estas regiones ha sido por largo tiempo el estímulo de las disputas entre grupos armados, que han dejado en medio del fuego cruzado a la población en esa parte del país.
Análisis de InSight Crime
Los residentes de las zonas de mayor riesgo de Colombia están pagando el precio de la adaptabilidad por parte de los grupos criminales del país durante la pandemia COVID-19.
Las fuerzas de seguridad han sido distraídas por una crisis de COVID-19 que ha golpeado al país en oleadas. Mientras que los desplazamientos se duplicaron entre enero y marzo de 2021, los enfrentamientos entre actores criminales y autoridades disminuyeron.
Las operaciones de seguridad contra grupos armados disminuyeron un 48 por ciento entre enero y abril, mientras que los informes de violencia entre actores criminales aumentaron un 44 por ciento, según un informe de la Fundación Ideas para la Paz (FIP).
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¿Y por qué fueron Nariño, Cauca y Antioquia los departamentos más violentos? En una revisión de 2019 de los desplazamientos en Colombia por InSight Crime, estos tres departamentos ya representaron tres de los cuatro primeros departamentos con la mayor cantidad de personas huyendo de sus hogares. Los motivos no han hecho más que empeorar.
Para marzo, siete desplazamientos de comunidades en diferentes partes de Antioquia ya se habían presentado, en total, más de 4.000 personas salieron de municipios como Ituango, Amalfi, Peque y Murindó, justamente por enfrentamientos entre el ELN y Los Urabeños, según reportó RCN con cifras de la Unidad de Víctimas.

En el departamento de Nariño, en la frontera sur de Colombia con Ecuador, el conflicto se ha agravado debido a las antiguas facciones de las FARC, el ELN y Urabeños todos luchando por el control. Pero a principios de 2021, los grupos disidentes de las FARC se han enfrentado cada vez más unos contra otros.
La violencia entre el Frente 30 de las FARC y una alianza de grupos de las FARC y Los Urabeños ha hecho que la situación sea aún más volátil.
Al norte de Nariño, en Cauca, las disidencias de las FARC y el ELN se disputan los cultivos de coca. Esta carrera por las economías ilegales los ha llevado a utilizar, incluso, viejas tácticas de guerra como las minas antipersona. Así, por el temor de ser víctimas de estos artefactos, 55 familias dejaron el municipio de Argelia, al occidente del departamento, en abril de este año. En Caloto, municipalidad caucana, también 500 personas dejaron sus casas por los enfrentamientos entre disidencias y el ejército.
Aunque en Colombia se empiezan a levantar las restricciones de movilidad, parece que los grupos criminales tomaron sus propias medidas desde hace varios meses, tratando de recuperar las pérdidas económicas producto de la pandemia, dejando a la población colombiana entre los combates y la necesidad de salir de sus territorios, en medio de la ya complicada crisis de salud que enfrenta el país, para salvar sus vidas.
