Los dos motines que se presentaron recientemente en cárceles de Ecuador parecen haber acabado con cualquier posibilidad de paz entre las pandillas de las prisiones, donde las frecuentes masacres han cobrado la vida de cientos de presos en solo dos años.
Un motín en la cárcel de Guayas, en la ciudad portuaria de Guayaquil, dejó al menos 13 muertos, según un comunicado del 6 de octubre del Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Adultas Privadas de la Libertad (SNAI).
Esta noticia se produjo dos días después de otro motín en la prisión de Cotopaxi, cerca de Latacunga, que provocó la muerte de al menos 16 personas, y dejó 43 heridas. Este es el quinto motín carcelario en lo que va corrido del año. Desde febrero de 2021 hasta la fecha, se registran cerca de 400 reclusos muertos, según información de France 24.
Estas masacres se producen meses después de que varios cabecillas de las pandillas anunciaran su voluntad de dar “el primer paso [...] hacia las conversaciones de paz”, como informó InSight Crime anteriormente.
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Es posible que el motín en la prisión de Guayaquil se haya dado como respuesta a la muerte de Leandro Norero, alias “El Patrón”, quien fue asesinado durante la masacre en Cotopaxi, según el periódico ecuatoriano El Universo.
Norero era un importante blanqueador de dinero y financista del narcotráfico que trabajaba para Los Lobos, una pandilla carcelaria ecuatoriana. Cumplía una condena tras su arresto en mayo de 2022 como parte de una operación contra lavado de dinero. También había trabajado con muchos de los principales grupos criminales del país, como Los Tiguerones, Los Lagartos y Los Chone Killers, según informó el periódico Primicias.
De acuerdo con fuentes citadas por Primicias, Norero pretendía crear “un solo bloque delictivo” con las principales bandas rivales de Ecuador, Los Choneros y Los Lobos, con el fin de monopolizar el tráfico de drogas en el país. Al parecer, envió a algunos de sus negociadores para que discutieran el plan con los líderes de Los Choneros, pero no pidió la aprobación de los líderes de Los Lobos. La policía cree que estos últimos se molestaron por los intentos de unificación de Norero sin su consentimiento, por lo que ordenaron su asesinato, como informó Primicias.
Análisis de InSight Crime
Norero era uno de los pocos pandilleros de alto rango que buscaba fomentar acuerdos entre las pandillas rivales de Ecuador y crear un entorno más estable para que todos desarrollaran sus economías criminales. Con su asesinato, cualquier posible acuerdo entre las dos partes parece haberse derrumbado.
Los tratos de Norero con muchas de las pandillas de Ecuador explican en parte por qué él pudo haber pensado que podría lograr dicha alianza entre rivales. Los dos disturbios que llevaron a la muerte de Norero marcan otra fase de violencia en las cárceles de Ecuador, y ya no parece haber sobre la mesa ningún posible diálogo de paz, como señaló el periodista ecuatoriano Arturo Torres, experto en temas relacionados con crimen organizado, a InSight Crime.
Hace varios años, Norero tenía la plena confianza del exlíder de Los Choneros, Jorge Luis Zambrano González, alias “Rasquiña”, y manejaba la parte comercial de las operaciones del grupo.
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Después del asesinato de Rasquiña en diciembre de 2020, el panorama criminal de Ecuador entró en una profunda agitación. Con el fin de sacar provecho del vacío de poder, los grupos que alguna vez habían sido firmes aliados de Los Choneros cambiaron de bando. Los Tiguerones y Los Chone Killers, que eran subdivisiones dentro de Los Choneros, se unieron a Los Lobos.
Los jefes restantes que quedaron en Los Choneros iniciaron una lucha de poder interna entre ellos. Adolfo Macías, alias “Fito”, y Junior Roldán, alias “JR”, se volvieron cabecillas, lo que causó el enojo de Norero.
Este último comenzó a financiar las actividades de la facción de Los Lobos y se enemistó con Fito y JR, quienes, según Torres, no confiaban en Norero debido a sus negocios con pandillas rivales.
El deterioro de la relación de Norero con Los Choneros quizá fue lo que llevó a que Los Lobos alcanzaran relevancia nacional, dado que el surgimiento del grupo se alinea perfectamente con la participación de Norero en las finanzas del grupo. A pesar de su participación en el éxito de la pandilla, quizá el hecho de haber pedido una alianza con sus rivales fue un paso demasiado ambicioso para los cabecillas de Los Lobos.